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Ezequiel 19:7 - Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Destruyó sus palacios, arrasó sus ciudades, sus rugidos aterrorizaban al país y a sus habitantes.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Saqueó fortalezas, y asoló ciudades; y la tierra fue desolada, y cuanto había en ella, al estruendo de sus rugidos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Derribó fortalezas y destruyó sus aldeas y ciudades. Las granjas quedaron devastadas, y las cosechas, destruidas. La tierra y sus habitantes temblaban de miedo cuando lo oían rugir.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Hizo estragos en palacios y arrasaba ciudades; Quedó desolada la tierra y cuanto había en ella, A causa del estruendo de sus rugidos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Destruyó sus fortalezas, devastó sus ciudades, a la voz de su rugido temblaba el país y sus habitantes.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Y conoció sus lugares desolados, y arrasó sus ciudades; y fue desolada la tierra y su abundancia, a la voz de su rugido.

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Ezequiel 19:7
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Dejaré secos sus canales y entregaré a los extranjeros el país y todo lo que contiene, palabra de Yavé.


Que escuchen todos los pueblos; que ponga atención la tierra y todo lo que contiene, pues Yavé sale de su palacio santo para declarar en contra de ustedes.


Juro por mí mismo, dice el Señor Yavé, el Dios de los Ejércitos: Yo aborrezco el lujo insolente de Jacob y detesto sus palacios; por eso, entregaré en manos del enemigo la ciudad con todos sus habitantes.


Los que en ti mandan son como un león rugiente que desgarra su presa: devoran a la gente, les quitan sus bienes y sus joyas, y por su culpa las viudas son cada vez más numerosas.


Y luego dirás a propósito de los señores de Jerusalén: Esta palabra de Yavé está destinada a los habitantes de Jerusalén, a todos los que están todavía en la tierra de Israel: Comerán su pan en medio de la angustia, beberán su agua en medio de su tristeza, porque su país será desolado, privado de sus riquezas a causa de la violencia de sus habitantes.


El hombre malo que explota a los pobres es como una lluvia devastadora que deja sin pan.


El furor del rey es como el rugido del león, su benevolencia es como el rocío sobre la hierba.


Como joven león, salía con los leones, aprendió a desgarrar la presa y a devorar hombres.


Llegaron extranjeros de todas las provincias a atacarlo; le echaron encima sus redes y cayó en una fosa.


Esa será su propiedad en Israel; así, mis príncipes no oprimirán más a mi pueblo y dejarán la tierra de Israel a sus tribus.


En Ribla, en el territorio de Jamat, el faraón Necao lo mandó encadenar, poniendo fin a su reinado en Jerusalén; después impuso al país un tributo de cien talentos de plata y diez talentos de oro.


Pero nada ves o conoces sino tu propio interés; y esto, derramando sangre, y manteniendo la opresión y la violencia.


No han reanimado a la oveja agotada, no se han preocupado de la que estaba enferma, ni curado a la que estaba herida, ni han traído de vuelta a la que estaba extraviada ni buscado a la que estaba perdida. Y a las que eran fuertes, las han conducido en base al terror.


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