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Ezequiel 17:23 - Biblia Católica (Latinoamericana)

23 La plantaré en una alta montaña de Israel, se desarrollará, dará frutos y se convertirá en un cedro magnífico; bajo él descansarán aves de todas las especies, se cobijarán a la sombra de sus ramas.

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Biblia Reina Valera 1960

23 En el monte alto de Israel lo plantaré, y alzará ramas, y dará fruto, y se hará magnífico cedro; y habitarán debajo de él todas las aves de toda especie; a la sombra de sus ramas habitarán.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Se convertirá en un cedro majestuoso, extenderá sus ramas y producirá semillas. Toda clase de aves anidarán en él y encontrarán refugio a la sombra de sus ramas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 En el excelso monte de Israel lo plantaré, Y alzará ramas, y dará fruto, Y se hará un magnífico cedro, Y debajo de él habitarán todas las aves, de todas las especies Morarán a la sombra de sus ramas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 en el monte excelso de Israel lo plantaré. Echará ramas y dará fruto y será un cedro majestuoso. Morarán debajo de él todos los pájaros, todos los volátiles a la sombra de sus ramas morarán.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

23 En la alta montaña de Israel lo plantaré, y alzará ramas, y llevará fruto, y se hará magnífico cedro; y todas las especies de aves habitarán debajo de él, a la sombra de sus ramas habitarán.

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Ezequiel 17:23
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Es la más pequeña de las semillas, pero cuando crece, se hace más grande que las plantas de huerto. Es como un árbol, de modo que las aves vienen a posarse en sus ramas.


En sus ramas anidaban todos los pájaros del cielo (), y numerosos pueblos se cobijaban bajo su sombra. (


Al fin de los tiempos, el cerro de la Casa de Yavé será puesto sobre los altos montes y dominará los lugares más elevados.


Ahí no se hace distinción entre judío y griego, pueblo circuncidado y pueblo pagano; ya no hay extranjero, bárbaro, esclavo u hombre libre, sino que Cristo es todo en todos.


Ya no hay diferencia entre judío y griego, entre esclavo y hombre libre; no se hace diferencia entre hombre y mujer, pues todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.


Sus retoños brotarán por todas partes, tendrá como el olivo mucha prestancia y será su perfume como el del Líbano.


Tocó el séptimo ángel su trompeta; entonces resonaron grandes voces en el cielo: 'Ahora el mundo ha pasado a ser reino de nuestro Dios y de su Cristo. Sí, reinará por los siglos de los siglos.


En verdad les digo: Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto.


Levanta tus ojos y mira en tu derredor: todos se juntan y vuelven a ti. Por mi vida, dice Yavé, que todos ellos serán como tu traje de gala y los lucirás como una novia.


En los días que vienen le saldrán brotes a Jacob, Israel dará brotes y florecerá, y sus frutos llenarán el mundo entero.


El cetro no será arrebatado de Judá ni el bastón de mando de entre sus piernas hasta que venga aquel a quien le pertenece y a quien obedecerán los pueblos.


pero una vez sembrada, crece y se hace más grande que todas las plantas del huerto y sus ramas se hacen tan grandes que los pájaros del cielo buscan refugio bajo su sombra.


Es semejante a un grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su jardín. Creció y se convirtió en un arbusto y los pájaros del cielo se refugiaron en sus ramas.


Tenías una viña que arrancaste de Egipto, para plantarla, expulsaste naciones.


Sus piernas, columnas de mármol, asentadas en basas de oro puro. Su aspecto es como el Líbano, majestuoso como los cedros.


Vendrán, cantando de alegría, al cerro de Sión, y acudirán para gozar de los regalos de Yavé, del trigo, vino y aceite, de las ovejas y bueyes. Su alma será como un huerto bien regado, y no volverán más a estar desganados.


Pero ustedes, montañas de Israel, producirán cosechas y frutos para mi pueblo de Israel que está próximo a volver.


Mediante visiones divinas, me condujo al país de Israel y me depositó en una montaña muy alta. En la ladera me pareció ver las construcciones de una ciudad.


Volverán a sentarse bajo mi sombra; serán vigorosos como el trigo, y les brotarán flores como a la vid; serán tan renombrados como los vinos del Líbano.


Sí, en mi montaña santa, en una alta montaña de Israel, dice Yavé, toda la casa de Israel vendrá a rendirme homenaje. Allí recibiré y aguardaré sus ofrendas, las primicias de todo lo que me presenten, de todo lo que me consagren.


Creció el árbol y llegó a ser tan importante que su copa tocaba el cielo; se lo veía desde los extremos de la tierra.


Su follaje era hermoso y sus frutos abundantes. Alimentaba a todos, las fieras salvajes se cobijaban a su sombra, los pájaros del cielo anidaban entre sus ramas, le daba su alimento a todo ser viviente.


En el futuro, el cerro de la Casa de Yavé será puesto sobre los altos montes y dominará los lugares más elevados. Irán a verlo todas las naciones


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