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Ezequiel 11:5 - Biblia Católica (Latinoamericana)

5 En ese momento cayó sobre mí el espíritu de Yavé. Me dijo: 'Transmíteles esta palabra de Yavé: Sé lo que tienen en su cabeza, casa de Israel, sé lo que dicen.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y vino sobre mí el Espíritu de Jehová, y me dijo: Di: Así ha dicho Jehová: Así habéis hablado, oh casa de Israel, y las cosas que suben a vuestro espíritu, yo las he entendido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Entonces vino sobre mí el Espíritu del Señor, y me ordenó que dijera: «Esto dice el Señor a los habitantes de Israel: “Yo sé lo que ustedes hablan, porque conozco cada pensamiento que les viene a la mente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y el Espíritu de YHVH vino sobre mí, y me dijo: Habla: Así dice YHVH: Oh casa de Israel, habláis así, pero Yo sé las cosas que surgen en vuestra mente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Me invadió entonces el espíritu de Yahveh y me dijo: 'Di: así dice el Señor Yahveh: eso habéis dicho vosotros, casa de Israel; pero lo que se os viene al pensamiento yo bien lo sé.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Y el Espíritu de Jehová descendió sobre mí, y me dijo: Di: Así dice Jehová: Así habéis hablado, oh casa de Israel, pues yo conozco las cosas que suben a vuestra mente, cada una de ellas.

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Ezequiel 11:5
33 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yo, Yavé, yo escudriño el corazón y sondeo las entrañas; yo doy a cada cual según su conducta y según el fruto de sus obras.


En el mismo momento en que me habla, entra en mí un espíritu y me hace ponerme de pie;'


A sus hijos los heriré de muerte; así entenderán todas las Iglesias que yo soy el que escudriña el corazón y la mente, dando a cada uno según sus obras.


No hay criatura a la que su luz no pueda penetrar; todo queda desnudo y al descubierto a los ojos de aquél al que rendiremos cuentas.


Le dirás de parte de Yavé: Me dirijo contra ti, Faraón ( ), gran Dragón. Te pavoneas en medio de tus canales diciendo: '¡Mis canales me pertenecen porque yo los mandé cavar!'


Hijo de hombre, háblale al príncipe de Tiro; le dirás esta palabra de Yavé: ¡Eres muy engreído, te consideras un dios en su residencia divina, en medio de los mares! ¿Te vas a hacer pasar por Dios, tú que eres hombre y no Dios?'


El año sexto, el día quinto del sexto mes, estaba sentado en mi casa y los ancianos de Judá estaban sentados frente a mí. Entonces la mano de Yavé se posó sobre mí.


Pero más tarde te hablaré, te abriré la boca y les dirás: ¡Esto dice Yavé! que escuche el que quiere escuchar, y el que no quiere, que no escuche, puesto que es una raza de rebeldes.


El Espíritu entra en mí y me hace ponerme de pie sobre mis piernas; y me habla y me dice: 'Anda, enciérrate en tu casa.


luego, anda, vuélvete donde los desterrados, donde la gente de tu pueblo. Les hablarás y les dirás: ¡Así habla Yavé...! te escuchen o no.


Les transmitirás mis palabras, te escuchen o no, porque son una raza de rebeldes.


Porque estoy mirando todos sus caminos, sin que ninguno se me oculte y sin que su culpa escape a mi vista.


Grita con fuerza y sin miedo. Levanta tu voz como trompeta y denuncia a mi pueblo sus maldades, y sus pecados a la familia de Jacob.


Ustedes dicen: 'Hemos hecho un contrato con la Muerte, y con el lugar de los muertos hemos firmado un acuerdo. El vendaval destructor pasará y no nos llevará, pues nos refugiaremos en ilusiones y nos esconderemos tras mamparas.


Si tú lo haces, ¿tendré yo que callarme?, ¿o piensas que yo soy como tú? Te acusaré y te lo echaré en cara.


Pon fin a la maldad y a los malvados, y fortalece tú al justo, pues las mentes y los corazones tú sondeas, tú que eres un Dios justo.


Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón entero y con ánimo cariñoso, porque Yavé sondea a todos los corazones y penetra los pensamientos en todas sus formas. Si lo buscas, se dejará encontrar, pero si lo dejas, él te arrojará para siempre.


Al llegar a Guibea, Saúl y su sirviente se encontraron con la banda de profetas: el espíritu de Dios se apoderó de él y se puso a profetizar en medio de ellos.


Entonces te tomará el espíritu de Yavé y serás cambiado en otro hombre.


La lengua es un fuego, y es un mundo de maldad; rige nuestro organismo y mancha a toda la persona: el fuego del infierno se mete en ella y lo transmite a toda nuestra vida.


Apenas había comenzado yo a hablar, cuando el Espíritu Santo bajó sobre ellos, como había bajado al principio sobre nosotros.


Todavía estaba hablando Pedro, cuando el Espíritu Santo bajó sobre todos los que escuchaban la Palabra.


Insistió Jesús por tercera vez: 'Simón Pedro, hijo de Juan, ¿me quieres?' Pedro se puso triste al ver que Jesús le preguntaba por tercera vez si lo quería y le contestó: 'Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero. Entonces Jesús le dijo: 'Apacienta mis ovejas.


Pero Jesús supo en su espíritu lo que ellos estaban pensando, y les dijo: '¿Por qué piensan así?'


Pero tú, Yavé de los Ejércitos, que pronuncias sentencias justas, conoces el corazón y las intenciones de los hombres; a ti he entregado mi causa y estaré presente cuando tú hagas justicia.


Ustedes sueñan con ser como los paganos, vivir como se acostumbra en los países extranjeros en los que se adoran los palos y las piedras; pero eso no sucederá.


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