El rey Ajaz dio esta orden al sacerdote Urías: En este gran altar quemarás el holocausto de la mañana y la ofrenda de la tarde, el holocausto del rey y su ofrenda, el holocausto por toda la población del país, su ofrenda y sus libaciones. Desde allí harás la aspersión de la sangre de todos los holocaustos y sacrificos. En cuanto al altar de bronce, ya veré lo que se hace'.
