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Éxodo 14:24 - Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Llegada la madrugada, Yavé miró a los egipcios desde el fuego y la nube, y provocó el desorden en el ejército de Faraón.

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Biblia Reina Valera 1960

24 Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Pero poco antes del amanecer, el Señor miró al ejército egipcio desde la columna de fuego y de nube, y causó gran confusión en sus fuerzas de combate.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Pero en la vigilia del alba, aconteció que YHVH miró desde la columna de fuego y desde la nube al campamento de los egipcios, y perturbó el campamento de los egipcios,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Sucedió que, llegada la vigilia matutina, miró Yahveh desde la columna de fuego y de nube a las huestes de los egipcios y sembró la confusión en ellas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

24 Y aconteció que a la vigilia de la mañana, Jehová miró el ejército de los egipcios desde la columna de fuego y de la nube, y perturbó el ejército de los egipcios.

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Éxodo 14:24
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yavé iba delante de ellos señalándoles el camino: de día iba en una columna de nube; de noche, en una columna de fuego, iluminándolos para que anduvieran de noche como de día.


Atascó las ruedas de sus carros, que no podían avanzar sino con gran dificultad. Entonces los egipcios dijeron: 'Huyamos de Israel, porque Yavé pelea con ellos contra nosotros.


y quedaron pasmados; presos de pánico, se dieron a la fuga.


Con una mirada derriba a todo ser soberbio, aplasta, donde se encuentren, a los impíos.


Si Dios calla, ¿quién lo moverá? Si esconde su rostro, ¿quién lo descubrirá? Vela sobre las naciones y los individuos,


Mueren de noche en un instante: se amotina un pueblo y derriba al tirano sin esfuerzo.


él, que mira a la tierra y ésta tiembla, y si toca a los montes, echan humo.


Por esto, te dijiste: '¿Qué sabe Dios? ¿Podrá juzgar a través de las nubes?'


A la mañana siguiente, Saúl distribuyó al pueblo en tres grupos, los que invadieron el campamento de los amonitas antes que amaneciera y lucharon con ellos hasta lo más caluroso del día. Los que no murieron se dispersaron y no quedaron ni dos de ellos juntos.


De día los guió con una nube y cada noche con una luz de fuego.


Mil años para ti son como un día, un ayer, un momento de la noche.


cuando vayan cautivos, arreados por sus enemigos, daré orden a la espada para que los degüelle. Tendré mis ojos puestos en ellos, no para ayudarlos sino para castigarlos.


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