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Esdras 7:10 - Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Pues efectivamente se había dedicado con todo su corazón al estudio de la Ley de Yavé, a ponerla en práctica y a enseñarle a Israel las leyes y las costumbres.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Así fue porque Esdras había decidido estudiar y obedecer la ley del Señor y enseñar sus decretos y ordenanzas al pueblo de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Por cuanto Esdras había determinado en su corazón escudriñar° la Ley de YHVH y practicarla, y enseñar en Israel sus estatutos y preceptos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 porque Esdras había aplicado su corazón al estudio de la ley de Yahveh, para ponerla por obra y para enseñar en Israel sus mandamientos y preceptos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová, y para hacer y enseñar a Israel mandamientos y juicios.

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Esdras 7:10
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

predica la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, rebatiendo, amenazando o aconsejando, siempre con paciencia y dejando una doctrina.


Si uno escucha estas palabras mías y las pone en práctica, dirán de él: aquí tienen al hombre sabio y prudente, que edificó su casa sobre roca.


Porque los labios del sacerdote guardan el conocimiento y en su boca se debe encontrar la ley, pues es el mensajero de Yavé de los ejércitos.


Pues bien, ustedes ya saben estas cosas: felices si las ponen en práctica.


mas le agrada la Ley del Señor y medita su Ley de noche y día.


Por lo que a ti toca, Esdras, con esa sabiduría que te viene de tu Dios, instalarás jueces y magistrados para que administren justicia a todo el pueblo de la provincia al otro lado del Jordán, a todos los que conocen la ley de tu Dios, y tú se la darás a conocer al que no la conoce aún.


La ley del Señor es perfecta, es remedio para el alma, toda declaración del Señor es cierta y da al sencillo la sabiduría.


Ellos enseñan a Jacob tus decisiones, a Israel tu Ley. Hacen subir hacia ti el olor del incienso y ponen las ofrendas en tu altar.


Oh, Yavé, Dios de nuestros padres Abraham, Isaac e Israel, conserva perpetuamente estos pensamientos en el corazón de tu pueblo, y dirige tú su corazón hacia ti.


Tú escuchas, Señor, el ruego de los humildes, reconfortas su corazón y están atentos tus oídos


Era un escriba muy instruido en la Ley que Yavé Dios de Israel había ordenado por medio de Moisés. Como Yavé su Dios estaba con él, el rey le concedió todo lo que le pedía.


Tus palabras deben fortalecer la sana doctrina.


Estaré a mis anchas en todos mis caminos, pues tus ordenanzas he buscado.


Oh Dios, mi corazón está dispuesto, mi corazón está atento, quiero cantar y tocar para ti.


Ezequías habló al corazón de todos los levitas, que demostraban tener perfecto conocimiento de Yavé. Celebraron la solemnidad durante siete días sacrificando sacrificios de comunión y alabando a Yavé, el Dios de sus padres.


Sin embargo, algo bueno ha sido hallado en ti: quitaste de tu país los troncos sagrados y te dedicaste a buscar a Dios.


Roboam hizo lo que era malo, porque no se había dedicado a buscar a Yavé.


Samuel declaró a todo el pueblo de Israel: 'Si realmente ustedes quieren volver a Yavé, quiten de en medio de ustedes los dioses extranjeros y las Astartés. Pongan su corazón en Yavé y sólo sírvanlo a él; sólo así los librará de las manos de los filisteos'.


Tú enseña estas cosas, aconsejando y reprendiendo con toda autoridad. No dejes que nadie te menosprecie.


Es necesario, pues, que el obispo sea irreprochable, casado una sola vez, casto, dueño de sí, de buenos modales, que acoja fácilmente en su casa y con capacidad para enseñar.


En mi primer libro, querido Teófilo, hablé de todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar.


Te acordarás de que fuiste esclavo en Egipto y cuidarás de poner en práctica estos preceptos.


Felices los que lavan sus ropas, porque así tendrán acceso al árbol de la vida y se les abrirán las puertas de la ciudad.


Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos.


Pon la mano, pues, en tu corazón y tiende tus manos hacia El,


Esta es una copia de la carta que el rey Artajerjes dio a Esdras, el sacerdote escriba (un escriba instruido en las palabras y en las leyes que Yavé había dado a Israel):


Incliné mi corazón a cumplir tus preceptos, siempre y totalmente.


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