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Efesios 4:24 - Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Revístanse, pues, del hombre nuevo, el hombre según Dios que él crea en la verdadera justicia y santidad.

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Biblia Reina Valera 1960

24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 vestidos ya del nuevo hombre,° que fue creado según Dios° en la justicia y santidad de la verdad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 y os revistáis del hombre nuevo, que ha sido creado a imagen de Dios en justicia y santidad de la verdad.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

24 y vestíos del nuevo hombre, que es creado según Dios, en justicia y en santidad verdadera.

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Efesios 4:24
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Toda persona que está en Cristo es una creación nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha llegado.


Lo que somos es obra de Dios: hemos sido creados en Cristo Jesús con miras a las buenas obras que Dios dispuso de antemano para que nos ocupáramos en ellas.


Más bien revístanse del Señor Jesucristo, y no se dejen arrastrar por la carne para satisfacer sus deseos.


Lleven con ustedes todas las armas de Dios para que puedan resistir las maniobras del diablo.


Por este bautismo en su muerte fuimos sepultados con Cristo, y así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la Gloria del Padre, así también nosotros empezamos una vida nueva.


Todos llevamos los reflejos de la gloria del Señor sobre nuestro rostro descubierto, cada día con mayor resplandor, y nos vamos transformando en imagen suya, pues él es el Señor del espíritu.


Por eso no nos desanimamos; al contrario, aunque nuestro exterior está decayendo, el hombre interior se va renovando de día en día en nosotros.


La noche va muy avanzada y está cerca el día: dejemos, pues, las obras propias de la oscuridad y revistámonos de una coraza de luz.


que se entregó por nosotros para rescatarnos de todo pecado y purificar a un pueblo que fuese suyo, dedicado a toda obra buena.


Como niños recién nacidos, busquen la leche no adulterada de la Palabra; gracias a ella crecerán y alcanzarán la plenitud.


A los que de antemano conoció, también los predestinó a ser como su Hijo y semejantes a él, a fin de que sea el primogénito en medio de numerosos hermanos.


Conságralos mediante la verdad: tu palabra es verdad.


No hagamos ya distinción entre pueblo de la circuncisión y mundo pagano, porque una nueva creación ha empezado.


Todos se han revestido de Cristo, pues todos fueron entregados a Cristo por el bautismo.


¡Despierta, despierta, levántate, Sión! Vístete de fiesta, Jerusalén, Ciudad Santa. Ya no volverá a entrar en ti ni el incircunciso ni el impuro.


Porque es necesario que nuestro ser mortal y corruptible se revista de la vida que no conoce la muerte ni la corrupción.


Me había puesto la justicia como un vestido y llevaba mi rectitud como un manto y un turbante.


destruyó el sistema represivo de la Ley e hizo la paz; reunió a los dos pueblos en él, creando de los dos un solo hombre nuevo.


Se puso la justicia como coraza y se colocó en su cabeza su casco que es la salvación. Se vistió con la venganza como si fuese túnica y se arropó con el celo como un chal.


Procuren estar en paz con todos y progresen en la santidad, pues sin ella nadie verá al Señor.


Al Hijo, en cambio, se le dice: Tu trono, oh Dios, permanece por siglos y siglos, y tu gobierno es gobierno de justicia.


Esta es la descendencia de Adán. El día que Dios creó a Adán, lo creó a semejanza de Dios.


justos y santos, todos los días de nuestra vida.


Pero ahora hemos muerto a lo que nos tenía aprisionados, y la Ley ya no vale para nosotros. Ya no estamos sirviendo a una ley escrita, cosa propia del pasado, sino al Espíritu: esto es lo nuevo.


No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto.


Por ellas nos ha concedido lo más grande y precioso que se pueda ofrecer: ustedes llegan a ser partícipes de la naturaleza divina, escapando de la corrupción que en este mundo va a la par con el deseo.


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