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Efesios 2:12 - Biblia Católica (Latinoamericana)

12 En aquel tiempo no esperaban un Mesías, no tenían parte en el pueblo de Israel y no les correspondían las alianzas de Dios ni sus promesas; ustedes vivían en este mundo sin esperanza y sin Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 En esos tiempos, ustedes vivían apartados de Cristo. No se les permitía ser ciudadanos de Israel, y no conocían las promesas del pacto que Dios había hecho con ellos. Ustedes vivían en este mundo sin Dios y sin esperanza,

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 en aquel tiempo estabais sin el Mesías, apartados de la ciudadanía de Israel, y extraños a los pactos de la promesa, no teniendo esperanza, y sin Dios en el mundo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 estabais en aquel tiempo lejos de Cristo, privados de la ciudadanía de Israel y extraños a las alianzas de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 que en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y extranjeros a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

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Efesios 2:12
51 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

En otros tiempos no conocían a Dios y sirvieron a los que no son dioses;'


Ustedes mismos en otro tiempo se quedaron aparte y con sus obras malas actuaron como rebeldes.


Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús, nuestro Señor, por su gran misericordia. Al resucitar a Cristo Jesús de entre los muertos, nos dio una vida nueva y una esperanza viva.


Hermanos, deseo que estén bien enterados acerca de los que ya descansan. No deben afligirse como hacen los demás que no tienen esperanza.


Su inteligencia está en tinieblas; la ignorancia en que se quedan, así como su conciencia ciega, los mantienen muy lejos de la vida de Dios.


Firmaré con ellos una alianza de paz, una alianza conmigo para siempre; pondré en medio de ellos mi santuario para siempre.


y no se deje llevar por el deseo, como hace la gente que no conoce a Dios.


Yo soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, pero sin mí no pueden hacer nada.


Tenemos, pues, promesa y juramento, dos cosas irrevocables en las que Dios no puede mentir y que nos dan plena seguridad cuando dejamos todo para aferrarnos a nuestra esperanza.


O sea, que no basta ser hijo suyo según la carne para ser hijo de Dios; la verdadera descendencia de Abrahán son los hijos que le han nacido a raíz de la promesa de Dios.


Durante mucho tiempo estará Israel sin el verdadero Dios y sin sacerdotes que enseñen su Ley,


sino bendigan en sus corazones al Señor, a Cristo; estén siempre dispuestos para dar una respuesta a quien les pida cuenta de su esperanza,


Por este motivo yo quise poder verlos y conversar con ustedes, pues en realidad, por la esperanza de Israel yo llevo estas cadenas.


Ustedes son los hijos de los profetas y los herederos de la alianza que Dios pactó con nuestros padres, al decir a Abrahán: A través de tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra.


esperanza de Israel, Yavé, los que te traicionan serán confundidos. Los que se rebelan serán borrados del país, porque abandonaron el manantial de agua viva.


Aquel día Yavé pactó una alianza con Abram diciendo: 'A tu descendencia daré esta tierra desde el torrente de Egipto hasta el gran río Eufrates.


Y si es esto lo que esperamos de él, querremos ser santos como él es santo.


Gracias a él han creído en Dios que lo resucitó de entre los muertos y lo glorificó, precisamente con el fin de que pusieran su fe y su esperanza en Dios.


apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, sanaron de enfermedades, se mostraron valientes en la guerra y rechazaron a los invasores extranjeros.


Pablo, apóstol de Cristo Jesús por mandato de Dios, nuestro Salvador, y de Cristo Jesús, nuestra esperanza,


Que los anime el propio Cristo Jesús, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado dándonos en su misericordia un consuelo eterno y una esperanza feliz.


Quiso darles a conocer la gloria tan grande que su plan misterioso reservaba a las naciones paganas. ¡Ustedes tienen a Cristo y esperan la Gloria!


Pues están esperando la herencia que les está reservada en el cielo y que conocieron por la palabra de la verdad, el Evangelio.


Tengo otras ovejas que no son de este corral. A esas también las llevaré; escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño con un solo pastor.


Ustedes, los samaritanos, adoran lo que no conocen, mientras que nosotros, los judíos, adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.


que nos mostraría el amor que tiene a nuestros padres y cómo recuerda su santa alianza.


Porque también por muchos días los hijos de Israel quedarán sin rey, sin jefe, sin sacrificios, sin piedras sagradas, sin consultas a Yavé y sin ídolos para proteger la casa.


Castigaré a los profetas de visiones falsas, de promesas mentirosas; ya no serán admitidos en el consejo de mi pueblo, ni serán más inscritos en la libreta de familia de Israel, ni entrarán en la tierra de Israel: así sabrán que yo soy Yavé.


Oh Yavé, esperanza de Israel, que nos salvas en tiempo de angustia, ¿por qué te portas como extranjero en este país, o como huésped por una sola noche?


Reúnanse y vengan, acérquense y traten de entender, ustedes que sobreviven entre las naciones: Son tontos los que le creen a una estatua, a una cosa de madera, y rezan a un dios incapaz de salvar.


Así habla el rey de Israel y su redentor, Yavé de los Ejércitos: 'Yo soy el primero y el último; no hay otro Dios fuera de mí.


Zorobabel, Josué y los demás jefes de familia de Israel les respondieron: '¡No tenemos que construir junto con ustedes un Templo para nuestro Dios. Nosotros solos construiremos para Yavé Dios de Israel, tal como nos lo ordenó Ciro, rey de Persia!'


Todo lo que se haya reservado de las ofrendas que hagan los israelitas a Yavé será considerado como partes santas; te las doy a ti, a tus hijos y a tus hijas: es una ley perpetua. Es una alianza eterna por la sal ante Yavé para ti y para toda tu descendencia contigo.


Vendrán extranjeros a cuidar de sus rebaños y a trabajar en sus campos y en sus viñas.


Sí, Yavé se compadecerá de Jacob, dará su preferencia a Israel y volverá a instalarlo en su patria. El extranjero seguirá también sus pasos y se juntará a los de la familia de Jacob.


Cada uno sacará por sorteo la propiedad que le corresponda y también la de los extranjeros que viven entre ustedes junto con sus hijos nacidos en el país. Los tratarán como a los israelitas del país, e igual que ustedes recibirán una propiedad en medio de las tribus de Israel.


Porque el don de Dios es para ustedes y para sus hijos, y también para todos aquellos a los que el Señor, nuestro Dios, quiera llamar, aun cuando se hayan alejado.


Así, pues, ya no son extranjeros ni huéspedes, sino ciudadanos de la ciudad de los santos; ustedes son de la casa de Dios.


Pero ahora Jesús celebra una liturgia tanto superior cuanto es mediador de una alianza mucho mejor y que promete mejores beneficios.


El extranjero que reside en Israel o que trabaja a tu servicio no la comerá.


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