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Eclesiastés 7:14 - Biblia Católica (Latinoamericana)

14 En los días felices disfruta de la felicidad, y en el día de la desgracia, abre los ojos: Dios los ha dispuesto a ambos de tal manera que nadie pueda saber cuál será su fin.

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Biblia Reina Valera 1960

14 En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Disfruta de la prosperidad mientras puedas, pero cuando lleguen los tiempos difíciles, reconoce que ambas cosas provienen de Dios. Recuerda que nada es seguro en esta vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 En el día del bien goza del bien, y en el día de la adversidad reflexiona: Ha- ’Elohim ha hecho tanto el uno como el otro, para que el hombre no sepa lo que sucederá después de él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 En los días de dicha sé feliz, y en los días de miseria reflexiona: Dios hizo la una y la otra, para que el hombre no descubra su futuro.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Gózate en el día de prosperidad; pero en el día de adversidad considera. Dios también hizo esto delante de lo otro, para que el hombre no descubra nada después de él.

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Eclesiastés 7:14
35 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y vi que lo único que el hombre puede esperar es gozar del fruto de sus obras; porque ésa es su condición. Pero, ¿quién le dará a conocer lo que pasará después?'


tiempo para llorar y tiempo para reír; tiempo para gemir y tiempo para bailar;'


Conclusión del discurso: todo ha sido dicho. Teme a Dios y observa sus mandamientos: allí está todo para el hombre.


Por no haber servido con gozo y alegría de corazón a Yavé, tu Dios, cuando nada te faltaba,


Te hizo pasar necesidad, te hizo pasar hambre, y luego te dio a comer maná que ni tú ni tus padres habían conocido. Quería enseñarte que no sólo de pan vive el hombre, sino que todo lo que sale de la boca de Dios es vida para el hombre.


¿Hasta cuándo los estarás amenazando sin que comprendan? Haz que vean, para vergüenza suya, que cuidas de tu pueblo; ¡que tu furor, cual fuego, devore a tus enemigos!'


¿Hay entre ustedes alguno desanimado? Que rece. ¿Está alguno alegre? Que cante himnos a Dios.


Vayan y aprendan lo que significa esta palabra de Dios: Me gusta la misericordia más que las ofrendas. Pues no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.


Resuena la voz de Yavé en la ciudad: Escuchen, tribus, óyeme asamblea de la ciudad.


Es la cólera de Yavé que no se calmará hasta que no haya cumplido y realizado el propósito de su corazón. Después entenderán ustedes todo esto claramente.


Fue bueno para mí que me humillaras, para que así aprendiera tus preceptos.


A su paso animaban a los discípulos y los invitaban a perseverar en la fe; les decían: 'Es necesario que pasemos por muchas pruebas para entrar en el Reino de Dios.


Puso en mi boca un cántico nuevo, de alabanza a nuestro Dios. Muchos al verlo temerán y pondrán su confianza en el Señor.


Por eso les hizo sufrir el ardor de su enojo y los horrores de la guerra. Todo fue presa del fuego, pero ellos no entendieron; todo ha sido consumido, pero no prestaron atención.


¡Esto no tiene sentido! decía Qohelet, ¡nada a qué aferrarse!


si del fondo de su exilio se arrepienten, si se convierten y te dirijen sus oraciones en ese país adonde fueron deportados, si te dicen: Hemos pecado, hicimos lo que es malo, cometimos un crimen,


Comprende, pues, que del mismo modo que un padre educa a su hijo, así Yavé te ha educado a ti.


Después comerás y celebrarás una fiesta, tú y tu familia, con todos los bienes que Yavé te ha dado. También comerán y estarán de fiesta contigo, tanto el levita como el forastero que viven junto a ti.


Pero él le dijo: 'Hablas como una tonta cualquiera. Si aceptamos de Dios lo bueno, ¿por qué no aceptaremos también lo malo?' En todo esto no pecó Job con sus palabras.


Pero el hombre tiene una falla muy grande: nadie sabe lo que le sobrevendrá: ¿quién le dirá lo que sucederá?


Anda, pues, come tu pan alegremente y bebe gustoso tu vino, porque Dios ha bendecido tus trabajos.


La estupidez es la que le inspiró tantas palabras. (El ser humano no conoce el porvenir: ¿quién le dirá lo que pasará después de él?)


Muchacho, conoce la felicidad, mientras seas joven, y toma temprano las buenas decisiones. Elige tu camino como mejor te parezca, sin olvidar que Dios te pedirá cuenta de todo.


Esto es lo que veo: todo lo que uno puede esperar es comer y beber, y gozar el bienestar mientras trabaja bajo el sol durante los contados días de su vida, tales como Dios se los concedió: ésa es su parte.


¿No salen de la boca del Altísimo los males y los bienes?


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