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Deuteronomio 8:5 - Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Comprende, pues, que del mismo modo que un padre educa a su hijo, así Yavé te ha educado a ti.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Ten por cierto que, así como un padre disciplina a su hijo, el Señor tu Dios te disciplina para tu propio bien.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Reconoce pues en tu corazón, que como un hombre corrige a su hijo, así te ha corregido YHVH tu Dios,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Reconoce, pues, en tu corazón que Yahveh te corrige como un hombre corrige a su hijo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.

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Deuteronomio 8:5
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yo reprendo y corrijo a los que amo. Vamos, anímate y conviértete.


porque el Señor corrige al que ama, así como un padre reprende al hijo que quiere.


Seré para él un padre y él será para mí un hijo; si hace el mal lo corregiré como lo hacen los hombres, lo castigaré a la manera humana.


Pero si el Señor nos juzga, nos corrige, para que no seamos condenados con este mundo.


¡Feliz el hombre que corriges, Señor, y al que tú enseñas tu Ley!


Si se aparta de todas las infidelidades que cometía, debe vivir, pero no morir.


castigaré a varillazos su pecado y con golpes su falta;'


Pero ¡fíjate bien! Ten mucho cuidado de no olvidarte de estas cosas que tus ojos han visto. Guárdalas en tu interior todos los días de tu vida, y repíteselas a tus hijos y a tus nietos.


Prepara, pues, hijo de hombre, tu equipaje de exiliado en pleno día y ante ellos; a lo mejor así reconocen que son una banda de rebeldes.


Guárdate, pues, de olvidar la Alianza que Yavé ha pactado contigo y no te hagas ídolos, o sea imágenes de todo lo que Yavé tu Dios te ha prohibido.


El buey conoce a su dueño y el burro el pesebre de su señor; pero Israel no me conoce, mi pueblo no comprende.


Desde el cielo te hizo oír su voz, para que lo temas, y sobre la tierra viste su gran fuego: desde en medio del fuego oíste sus palabras,


Guardarás los mandamientos de Yavé, tu Dios y seguirás sus caminos; a él habrás de respetar.


No usar el chicote es no amar al hijo: el que lo ama no demora en corregirlo.


En los días felices disfruta de la felicidad, y en el día de la desgracia, abre los ojos: Dios los ha dispuesto a ambos de tal manera que nadie pueda saber cuál será su fin.


y en el desierto. Han visto cómo los llevó durante todo el camino, como un padre lleva a su hijo, hasta que llegamos a este lugar.


Hijo mío, no desprecies las advertencias de Yavé, no te rebeles contra su reprimenda;'


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