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Deuteronomio 4:9 - Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Pero ¡fíjate bien! Ten mucho cuidado de no olvidarte de estas cosas que tus ojos han visto. Guárdalas en tu interior todos los días de tu vida, y repíteselas a tus hijos y a tus nietos.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 »¡Pero cuidado! Asegúrate de nunca olvidar lo que viste con tus propios ojos. ¡No dejes que esas experiencias se te borren de la mente mientras vivas! Y asegúrate de transmitirlas a tus hijos y a tus nietos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Por tanto, guárdate a ti mismo, y guarda mucho tu alma. No olvides las cosas que vieron tus ojos, ni se aparten de tu corazón en todos los días de tu vida. Las enseñarás a tus hijos y a los hijos de tus hijos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Por tanto, guárdate y cuídate mucho de no olvidar las cosas que han visto tus ojos, ni dejes que se aparten de tu corazón en todos los días de tu vida y se las enseñarás a tus hijos y a los hijos de tus hijos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, y no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.

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Deuteronomio 4:9
47 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

repíteselos a tus hijos, habla de ellos tanto en casa como cuando estés de viaje, cuando te acuestes y cuando te levantes.


Enséñaselas a tus hijos. Habla de ellas, sea que estés sentado en tu casa o que vayas de viaje, cuando te acuestas o cuando te levantas;'


Pues lo he escogido para que ordene a sus hijos y a los de su raza después de él, que guarden el camino de Yavé y vivan según la justicia y haciendo el bien, para que Yavé cumpla con Abrahán todo lo que le ha prometido.


Estén bien atentos a todas estas palabras que contienen mi declaración contra ustedes, y digan a sus hijos que cuiden de ponerlas todas en práctica.


Y ustedes, padres, no sean pesados con sus hijos, sino más bien edúquenlos usando las correcciones y advertencias que pueda inspirar el Señor.


Atiéndeme, hijo mío, no pierdas de vista el camino que te indico.


Recuerda lo que recibiste y oíste, ponlo en práctica y arrepiéntete. Porque si no te mantienes despierto vendré como un ladrón, sin que sepas a qué hora te sorprenderé.


Escucha, hijo mío, los consejos de tu padre, no rechaces las advertencias de tu madre:


si ahora estoy viejo y decrépito, oh Dios, no me abandones. A esta generación anunciaré tu poder, y a los que vengan después, tu valentía


Por eso debemos prestar más atención al mensaje que escuchamos, no sea que vayamos a la deriva.


Actúa siempre, hijo mío, con prudencia y reflexión: es algo que no debes olvidar.


En mi corazón escondí tu palabra para no pecar contra ti.


Luego dijo a los israelitas: 'Cuando mañana sus hijos les pregunten qué hacen estas piedras aquí,


¡Hijo mío, guarda mis palabras, conserva como cosa preciosa mis consejos.


¿Cómo, pues, escaparemos nosotros, si despreciamos una salvación tan trascendente? El Señor mismo la proclamó primero y luego la confirmaron aquellos que le oyeron.


El que está vivo, ése sí que te bendice, como yo lo hago hoy día: de padres a hijos recordarán tu fidelidad.


Guárdate, pues, de olvidar la Alianza que Yavé ha pactado contigo y no te hagas ídolos, o sea imágenes de todo lo que Yavé tu Dios te ha prohibido.


Ya ves que la fe acompañaba a sus obras, y por las obras su fe llegó a la madurez.


Escribe, pues, este libro y enséñaselo a los hijos de Israel para que lo recen de memoria. Este cántico me servirá de testimonio contra los hijos de Israel.


Por tanto, fíjense bien en la manera como escuchan. Porque al que produce se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener.


Aquel que no te obedezca ni haga caso de lo que tú mandes será reo de muerte; en cuanto a ti, sé valiente y manténte firme.


Mediten bien lo que van a hacer. Ustedes no vieron figura alguna el día en que Yavé les habló en el monte Horeb en medio del fuego.


Así podrás contar a tus hijos y a tus nietos cuántas veces he destrozado a los egipcios y cuántos prodigios he obrado contra ellos; así conocerán ustedes que yo soy Yavé.


Cumplan todas estas cosas que les he dicho. No invoquen a dioses extranjeros, ni siquiera los nombren.


Me refiero al día en que ustedes estuvieron en presencia de Yavé en el monte Horeb y él me dijo: 'Reúneme al pueblo para que oiga mis palabras. Así me temerán mientras vivan en esa tierra y enseñarán estas palabras a sus hijos.


Temerás a Yavé, tu Dios, y guardarás todos los días de tu vida sus mandamientos y sus normas que te enseño hoy. Que los guarden tus hijos y los hijos de tus hijos, para que vivan largos años.


no te olvides de Yavé que te sacó de Egipto, donde eras esclavo.


Tal vez un día tu hijo te pregunte: '¿Qué son estos preceptos, mandamientos y normas que Yavé, nuestro Dios, les ha ordenado?'


Por eso, guárdate de olvidar a Yavé, tu Dios, descuidando los mandamientos, los preceptos y las normas que yo te prescribo hoy.


tu corazón se ponga orgulloso. No olvides a Yavé, tu Dios, que te sacó del país de Egipto, de la Casa de la esclavitud,


Estos son los preceptos, y los mandamientos que procurarás poner en práctica todos los días de tu vida en la tierra que te da Yavé, Dios de tus padres.


En la cena de Pascua no comerás pan con levadura, sino que, durante siete días, comerás pan ázimo, pan de miseria; porque la salida de Egipto se hizo en forma precipitada. Así te acordarás todos los días de tu vida del día en que saliste de Egipto.


La llevará consigo, la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Yavé, guardando todas las palabras de la Ley y poniendo en práctica sus preceptos.


Los israelitas hicieron lo que es malo a los ojos de Yavé. Se olvidaron de Yavé su Dios y sirvieron a los Baales y a los Aserás.


Así fue como los israelitas se olvidaron de Yavé su Dios, el que los había librado de todos sus enemigos vecinos.


Si ustedes quieren salvar la vida, cuiden de no llevar carga el día sábado, y de no hacer entrar en Jerusalén sus productos en ese día.


Amen a Yavé su Dios, es vital para ustedes.


Tú has visto muchas cosas, pero no te has fijado en nada. ¡Tienes los oídos abiertos, pero no oyes!


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