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Deuteronomio 4:28 - Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Allí tendrán que servir a dioses fabricados, que no son más que madera y piedra, que ni ven, ni oyen, ni comen, ni sienten.

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Biblia Reina Valera 1960

28 Y serviréis allí a dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

28 Allí, en tierra extraña, rendirán culto a ídolos hechos de madera y de hierro, a dioses que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Allí serviréis a dioses hechos por manos humanas, de palo y de piedra,° que no ven, ni oyen, ni comen, ni olfatean.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 Allí serviréis a dioses de madera y piedra, hechos por mano de hombre, que no ven ni oyen, ni comen ni huelen.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

28 Y serviréis allí a dioses hechos de manos de hombres, de madera y de piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.

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Deuteronomio 4:28
22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yavé te dispersará entre todos los pueblos, de un extremo a otro de la tierra, y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres han conocido.


Los voy a echar de este país a otro que ni ustedes ni sus padres conocen; ¡allí podrán ustedes servir a esos dioses, día y noche, que yo ya no les haré más caso!'


Se lo echan al hombro y lo llevan, después lo colocan donde va a quedar, y allí está sin que se mueva de su sitio. Por más que le hablan, no responde y a nadie salva de la ruina.


Yavé te llevará a ti y al rey que tú hayas elegido a una nación que ni tú ni tus padres conocían, y allí servirás a otros dioses de piedra y de madera.


Gente de Israel, Yavé les dice: Sigan no más sirviendo a sus sucios ídolos, pues al final me escucharán y no profanarán más mi Santo Nombre con esas ofrendas y esos ídolos.


Reúnanse y vengan, acérquense y traten de entender, ustedes que sobreviven entre las naciones: Son tontos los que le creen a una estatua, a una cosa de madera, y rezan a un dios incapaz de salvar.


Los que se dedican a tallar estatuas de dioses no son nada por muchos que sean, y esas obras a las que quieren no sirven para nada. Sus partidarios no ven ni entienden nada, pero al fin se decepcionarán.


Por favor, señor, oiga bien las palabras de su servidor. Si fue Yavé quien te incitó contra mí, le presentaré una ofrenda para apaciguarlo. Pero si son los hombres, que Yavé los maldiga, porque ahora me han echado de la heredad de Yavé, tal como si dijeran: ¡Anda y sirve a otros dioses!


Entonces Dios se apartó de ellos y dejó que adoraran a los astros del cielo, como está escrito en el Libro de los Profetas: '¿Acaso me ofrecieron ustedes víctimas y sacrificios durante cuarenta años en el desierto?'


con láminas de plata importada de Tarsis y con oro de Ofir; hechura del escultor y de las manos del platero, todos ellos son únicamente obras de artistas. Los visten de púrpura violeta y roja y los sujetan con clavos, a golpes de martillo, para que no se muevan.


Porque el Dios Terrible de los pueblos es pura nada. Es un palo cortado en un bosque, labrado con azuela por las manos del maestro


Ustedes sueñan con ser como los paganos, vivir como se acostumbra en los países extranjeros en los que se adoran los palos y las piedras; pero eso no sucederá.


Pero como ustedes mismos pueden ver y oír, ese Pablo ha cambiado la mente de muchísimas personas, no sólo en Efeso, sino en casi toda la provincia de Asia. Según él, los dioses no pueden salir de manos humanas.


Pero los sobrevivientes, los que no fueron exterminados por estas plagas, no renunciaron a sus prácticas: continuaron adorando a los demonios, con esos ídolos de oro, plata, bronce, piedra y madera, que no pueden ver, oír ni caminar.


Ojalá no haya, pues, entre ustedes hombre o mujer, familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Yavé para ir a servir a los dioses de esas naciones. Ojalá no broten entre ustedes plantas venenosas y amargas.


Los muertos no volverán, y sus sombras no se levantarán, pues los has juzgado y los hiciste morir; has borrado hasta el recuerdo de su nombre.


El herrero trabaja con la fragua y a martillazos da forma a su obra; la trabaja con la fuerza de sus brazos. Siente hambre y se cansa y se agota.


Pero no hicieron caso y siguen con sus antiguas costumbres.


Todos sus cómplices llevarán un chasco, y esos artesanos se pondrán colorados. Que se reúnan todos y se presenten. Verán cómo sentirán, al mismo tiempo, miedo y vergüenza.


Sus ídolos son como un espantapájaros en un sandial, que no hablan; y tienen que ser transportados, pues no pueden andar. No les tengan miedo, que no pueden hacer ni el mal ni el bien.


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