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Deuteronomio 33:16 - Biblia Católica (Latinoamericana)

16 la tierra generosa y las cosechas abundantes! ¡Descienda sobre la cabeza de José la bendición del que se apareció en la zarza, pues es el elegido entre sus hermanos!

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Biblia Reina Valera 1960

16 Y con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud; Y la gracia del que habitó en la zarza Venga sobre la cabeza de José, Y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 con lo mejor que da la tierra y su plenitud, y el favor de aquel que apareció en la zarza ardiente. Que estas bendiciones reposen sobre la cabeza de José y coronen la frente del príncipe entre sus hermanos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y con el raudal de la tierra y su plenitud. En fin, el favor de Aquél que habitó en la zarza, Venga sobre la cabeza de José, Y sobre la coronilla del consagrado entre sus hermanos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 y lo mejor de la tierra y de su abundancia. ¡Que el favor del que moró en la zarza descienda sobre la cabeza de José, sobre la coronilla del elegido entre sus hermanos!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 y con lo más precioso de la tierra y su plenitud; y la gracia del que habitó en la zarza venga sobre la cabeza de José, y sobre la coronilla del consagrado de sus hermanos.

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Deuteronomio 33:16
22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

A este Moisés, al que rechazaron diciendo: '¿Quién te nombró jefe y juez?', Dios lo envió como jefe y libertador, con la asistencia del ángel que se le apareció en la zarza.


Del Señor es la tierra y lo que contiene, el mundo y todos sus habitantes;'


Y en cuanto a saber si los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés, en el capítulo de la zarza, cómo Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?


Desde Dan se siente el resuello de sus caballos; al relincho sonoro de sus corceles, toda la tierra tiembla. Vienen a comerse el país y sus bienes, la ciudad y sus habitantes.


Tuyos son los cielos, tuya es la tierra; el mundo y su contenido tú lo fundaste.


Si tuviera hambre, no te lo diría, pues mío es el orbe y lo que encierra.


Las bendiciones de tu padre han sobrepasado a las bendiciones de los montes seculares, y a las venturas de las lomas eternas. Todas ellas descansen sobre la cabeza de José sobre la frente del que ha sido consagrado en medio de sus hermanos.


Se la sirvieron por separado: a él aparte, también aparte a ellos, y a los egipcios que comían con él también les sirvieron aparte. Es que los egipcios no pueden comer con los hebreos: de hacerlo, Egipto se tendría por deshonrado.


Entretanto los madianitas llegaron a Egipto y vendieron a José a Putifar, funcionario del palacio de Faraón y capitán de la guardia.


y al pasar unos madianitas, que eran mercaderes, sacaron a José del pozo. Lo vendieron a los madianitas por veinte monedas de plata, y éstos llevaron a José a Egipto.


Así había de ser nuestro sumo sacerdote: santo, sin ningún defecto ni pecado, apartado del mundo de los pecadores y elevado por encima de los cielos.


Pero si alguien les dice: 'Esa es carne sacrificada a los ídolos', no coman. Piensen en el que les advirtió y respeten su conciencia.


pues del Señor es la tierra y todo lo que contiene.


Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia.


Sus hermanos le dijeron: '¿Eso quiere decir acaso que tú vas a reinar sobre nosotros, o que vas a mandarnos?' Y lo aborrrecieron más aún, a causa de sus sueños y de sus interpretaciones.


La mujer quedó esperando y dio a luz un hijo, y viendo que era hermoso, lo tuvo escondido durante tres meses.


Hijos de José, por clanes: Manasés y Efraím.


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