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Deuteronomio 32:39 - Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Vean ahora que Yo, sólo Yo soy, y que no hay más Dios que yo. Yo doy la muerte y la vida, yo hiero, y soy yo mismo el que sano, y no hay quién se libre de mi mano.

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Biblia Reina Valera 1960

39 Ved ahora que yo, yo soy, Y no hay dioses conmigo; Yo hago morir, y yo hago vivir; Yo hiero, y yo sano; Y no hay quien pueda librar de mi mano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 ¡Miren ahora, yo mismo soy Dios! ¡No hay otro dios aparte de mí! Yo soy el que mata y el que da vida; soy el que hiere y el que sana. ¡Nadie puede ser librado de mi mano poderosa!

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Pero ahora mirad: Yo soy Yo, Y no hay Dios fuera de mí: Yo hago morir y Yo hago vivir: Yo hiero y Yo sano, Y no hay quien libre de mi mano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 Ved, pues, ahora que yo, yo soy, y que no hay otro dios a mi lado. Yo doy muerte y doy vida, yo hiero y yo curo, no hay quien libre de mi mano.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

39 Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir, y yo hago vivir; yo hiero, y yo curo; y no hay quien pueda librar de mi mano.

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Deuteronomio 32:39
41 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yavé da muerte y vida, hace bajar al lugar de los muertos y hace que de allí vuelvan.


Vengan, volvamos a Yavé; pues si él nos lesionó, él nos sanará; si él nos hirió, él vendará nuestras heridas.


pues él es el que hiere y el que venda la herida, él lastima y después cura sus manos.


Yo soy Yavé, y no hay otro igual, fuera de mí no hay ningún otro Dios. Sin que me conocieras estuve contigo,


Vuélvanse a mí para que se salven, desde cualquier parte del mundo, pues ¡yo soy Dios y no tengo otro igual!


Siempre lo he sido, y nadie me puede hacer apartar la mano; si yo ejecuto algo, ¿quién me hará retroceder?'


Hasta su vejez yo seré el mismo, y los apoyaré hasta que sus cabellos se pongan blancos. He cargado con ustedes, y seguiré haciéndolo, los sostendré y los libertaré.


Sí, así habla Yavé, Creador de los cielos, - pues El es Dios, que ha formado y hecho la tierra, - pues El le puso cimientos: No dejé la confusión, sino que la hice habitable, - pues yo soy Yavé y no hay otro;'


Se hizo para nosotros un Dios que libera, con Yahvé, el Señor, escapamos a la muerte.


¿Quién está detrás de esto realizándolo? Aquel que desde el principio trae a su tiempo los acontecimientos. Yo, Yavé, que soy el primero y que estaré también con los últimos.


¡Oigan bien los que se olvidan de Dios! pues si doy un zarpazo no habrá quien los libre.


Y porque lo has visto, ahora sabes que Yavé es Dios y que no hay otro fuera de él.


Al leer la carta, el rey de Israel rasgó su ropa diciendo: '¿Acaso soy un dios para hacer morir o devolver la vida? ¡Ese me pide que le quite a éste la lepra! ¡Fíjense y díganme si esto no es más que para buscarme pelea!'


pero tú eres el mismo, tus años no se acaban.


Sabes muy bien que yo no soy culpable y que nadie puede librarme de tu mano.


Escribe al ángel de la Iglesia de Esmirna: Así habla el Primero y el Ultimo, el que estuvo muerto y volvió a la vida.


Yavé, ¡que tu mano quiebre a tus adversarios, y perezcan todos tus enemigos!


Escúchame, Jacob, pues a ti te he llamado, Israel: soy Yo; Yo que soy el primero y también el último.


Por eso les he dicho que morirán en sus pecados. Yo les digo que si ustedes no creen que Yo soy, morirán en sus pecados.


los doblarás como una capa, y los cambiarás. Pero tú eres siempre el mismo y tus años no terminarán jamás.


Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete Iglesias: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.


Vuelve a meter tu mano en el pecho. Lo hizo y, al sacarla, su mano estaba tan sana como el resto de su cuerpo.


y le dijo: 'Si de veras escuchas a Yavé, tu Dios, y haces lo que es justo a sus ojos, dando oídos a sus mandatos y practicando sus normas, no descargaré sobre ti ninguna plaga de las que he descargado sobre los egipcios; porque yo soy Yavé, que te doy la salud.


Sólo Yavé lo guiaba, no estaba con él ningún dios ajeno.


Pues, ¿quién es Dios fuera del Señor? ¿Quién es la Roca, sino nuestro Dios?


Mas tú quieres rectitud de corazón, y me enseñas en secreto lo que es sabio.


Porque eres grande y haces maravillas, tú solo eres Dios.


Pues bien, si Yavé ha castigado estrictamente a los egipcios, también los sanará. Se volverán a Yavé, que los atenderá y los consolará.


Entonces la luna alumbrará como el sol, y la luz del sol será siete veces más fuerte el día en que Yavé vende la herida de su pueblo y le haga una curación a las magulladuras de sus golpes.


Ustedes son mis testigos, dice Yavé, y son mi servidor, que he elegido; sépanlo, pues, y crean en mí, y comprendan que Yo Soy. Ningún Dios fue formado antes de mí, y ningún otro existirá después.


Entonces me dijo: '¿Hijo de hombre, podrán revivir estos huesos?' Respondí: 'Yavé, tú lo sabes.


Por eso, profetiza. Les dirás esta palabra de Yavé: 'Voy a abrir las tumbas de ustedes, oh pueblo mío, haré que se levanten de sus tumbas y los traeré de vuelta a la tierra de Israel.


Reconoce, pues, que Yavé, tu Dios, es 'el' Dios. Es el Dios fiel, que guarda su Alianza y su misericordia hasta mil generaciones a los que lo aman y cumplen sus mandamientos,


Vuelve y di a Ezequías, el jefe de mi pueblo. Esto dice Yavé, el Dios de David, tu padre: Oí tu plegaria y vi tus lágrimas. Voy a sanarte, dentro de tres días subirás a la casa de Yavé.


¡Tú, Yavé, eres el Unico! Tú hiciste los cielos, los cielos de los cielos y todo cuanto contienen, la tierra y todo lo que tiene, los mares y cuanto hay en ellos; tú das la vida a todos, y ante ti se postra el ejército de los cielos.


Pero veo que tenías secretas intenciones y sé lo que pensabas:


Los hijos de tus siervos vivirán en ella y su raza siempre te servirá.


tiempo para matar y tiempo para curar; tiempo para demoler y tiempo para edificar;'


Yo soy el que lo ha dicho, y ha acertado; soy yo el que lo había dado a conocer, y no un Dios extraño. Ustedes son mis testigos, y yo soy Dios, dice Yavé.


Yo seré como un león para Efraím, y como un cachorro para la gente de Judá. Yo, sí, yo mismo lanzaré un zarpazo y huiré, me llevaré mi presa y nadie me la podrá quitar.


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