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Deuteronomio 31:29 - Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Porque sé que después de mi muerte obrarán perversamente y se apartarán del camino que les he señalado, y la desgracia vendrá sobre ustedes en el futuro por haber hecho lo que es malo a los ojos de Yavé, enojándolo con sus obras.

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Biblia Reina Valera 1960

29 Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal ante los ojos de Jehová, enojándole con la obra de vuestras manos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Yo sé que después de mi muerte ustedes se corromperán por completo y se apartarán del camino que les ordené seguir. En los días futuros, les vendrán calamidades porque harán lo malo a los ojos del Señor y lo enojarán mucho con sus acciones».

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Porque yo sé que después de mi muerte, os corromperéis totalmente y os apartaréis del camino que os he mandado, y así sobrevendrá el mal en los días venideros, porque habréis hecho lo malo ante los ojos de YHVH, provocándolo a ira con la obra de vuestras manos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Pues sé que después de mi muerte os echaréis a perder totalmente y os desviaréis del camino que os he prescrito y que en tiempos venideros os alcanzará la desventura, por haber obrado el mal a los ojos de Yahveh y haberle irritado con las obras de vuestras manos'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

29 Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal ante los ojos de Jehová, enojándole con la obra de vuestras manos.

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Deuteronomio 31:29
28 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pero apenas moría el juez, volvían a hacer el mal, peor que sus padres. Seguían tras otros dioses, los servían y se postraban ante ellos. No querían renunciar a sus malas acciones y se empecinaban en su camino.


Se portaron mal con él, ¡hijos indignos! generación perversa y depravada.


Se han corrompido profundamente como aquel día en Guibea, pero Yavé se acordará de su culpa y castigará sus pecados.


Jacob llamó a sus hijos y les dijo: 'Reúnanse, que les voy a anunciar lo que sucederá en el futuro.


Sepan, en primer lugar, que en los últimos días se presentarán burlones que no harán caso más que de sus propias codicias, y preguntarán en son de burla:


hasta que en estos días, que son los últimos, nos habló a nosotros por medio del Hijo, a quien hizo destinatario de todo, ya que por él dispuso las edades del mundo.


El Espíritu nos dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe para seguir espíritus seductores y doctrinas diabólicas.


De entre ustedes mismos surgirán hombres que enseñarán doctrinas falsas e intentarán arrastrar a los discípulos tras sí.


Morirán al filo de la espada, serán llevados prisioneros a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por las naciones hasta que se cumplan los tiempos de las naciones.


Después de siglos vas a recibir órdenes, después de muchos años te vas a poner en camino al país cuyos habitantes escaparon a la espada; fueron reunidos de numerosos pueblos en las montañas de Israel, las que estuvieron mucho tiempo abandonadas. Después que se separaron de los demás pueblos, viven todos en paz.


¡Ay, gente pecadora, pueblo cargado de crímenes, raza de malvados, hijos perversos! Han abandonado a Yavé, han despreciado al Santo de Israel.


Bien sé yo que mi Defensor vive y que él hablará el último, de pie sobre la tierra.


Así habla Yavé: Voy a traer la desgracia sobre este lugar y sobre sus habitantes, conforme a todas las maldiciones escritas en el libro que se ha leído delante del rey de Judá.


Cuando estas desgracias te hayan venido encima, volverás por fin a Yavé en medio de tu angustia y harás caso a sus palabras.


El mundo se corrompió a los ojos de Dios y se llenó de violencia.


Por tanto no vayan a corromperse: no se hagan un ídolo, o sea, cualquier cosa esculpida con forma de hombre o de mujer;'


Luego, ante toda la asamblea de Israel, Moisés recitó este cántico hasta el fin:


Les voy a esconder mi rostro, a ver qué será de ellos. Estos son una generación perversa, hijos de los que uno no se puede fiar.


Si fueran inteligentes, lo entenderían, y sabrían en qué van a parar:


y vine a explicarte lo que ocurrirá a tu pueblo al fin de los tiempos. Porque esta visión también se refiere a esos días.


Entonces Yavé dijo a Moisés en el cerro: 'Vuelve y baja, porque tu pueblo ha pecado.


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