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Deuteronomio 28:64 - Biblia Católica (Latinoamericana)

64 Yavé te dispersará entre todos los pueblos, de un extremo a otro de la tierra, y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres han conocido.

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Biblia Reina Valera 1960

64 Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

64 Pues el Señor te dispersará por todas las naciones, desde un extremo de la tierra hasta el otro. Allí rendirás culto a dioses ajenos que ni tú ni tus antepasados conocían, ¡dioses de madera y de piedra!

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La Biblia Textual 3a Edicion

64 Entonces YHVH te dispersará por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra, y allí servirás a otros dioses que ni tú ni tus padres conocieron: al palo y a la piedra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

64 Yahveh te dispersará por entre todos los pueblos, desde un extremo al otro de la tierra, y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres conocíais.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

64 Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra.

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Deuteronomio 28:64
27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

A ustedes los desparramaré entre las ciudades y naciones; y los perseguiré con la espada. Sus tierras serán arruinadas y quedarán desiertas sus ciudades.


Los voy a echar de este país a otro que ni ustedes ni sus padres conocen; ¡allí podrán ustedes servir a esos dioses, día y noche, que yo ya no les haré más caso!'


Sin embargo, acuérdate de la palabra que empeñaste con Moisés, tu servidor, cuando le dijiste: 'Si ustedes son infieles, los dispersaré en medio de las naciones,


Yavé te llevará a ti y al rey que tú hayas elegido a una nación que ni tú ni tus padres conocían, y allí servirás a otros dioses de piedra y de madera.


Morirán al filo de la espada, serán llevados prisioneros a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por las naciones hasta que se cumplan los tiempos de las naciones.


Israel era una oveja perdida, perseguida por leones. Primero, el rey de Asur la devoró, y luego, Nabucodonosor, rey de Babilonia, se comió sus huesos.


Tú me arrojas hoy de esta tierra, y me dejas privado de tu presencia. Si he de ser un errante y de andar vagando sobre la tierra, cualquiera que me encuentre me matará.


Pregunta a los tiempos pasados. Investiga desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra. Pregunta desde un extremo a otro del mundo: ¿Hubo jamás una cosa tan extraordinaria como ésta? ¿Se ha oído cosa semejante?


Por eso se ha encendido la ira de Yavé contra ese país hasta traer sobre él toda la maldición escrita en este libro.


Cuando te sucedan todas estas cosas acerca de la bendición o maldición que te he propuesto, te acordarás de ellas en medio de las naciones donde Yavé, tu Dios, te haya arrojado.


Sacrificaron, no a Dios, sino a demonios. a dioses que no eran suyos, dioses nuevos, recién llegados, a los que nunca veneraron sus padres.


¿Acaso diré: A polvo los reduciré, borraré su recuerdo de en medio de los hombres?


El año noveno de Oseas, el rey de Asur se apoderó de Samaría y deportó a Asur a los israelitas. Los instaló en Jala a orillas del Jabor, el río de Gozán, y además en las ciudades de Media.


El rey de Babilonia los condenó a muerte en Ribla, en el territorio de Jamat. De ese modo fue desterrado Judá lejos de su tierra.


Nos entregas como ovejas a la matanza, y nos dispersas en medio de las naciones.


Hasta que las ciudades queden destruidas y sin habitantes, las casas desocupadas y la tierra abandonada; hasta que Yavé haya expulsado a los hombres y la soledad en el país sea grande.


¡Oigan! ¡Llamen a las lloronas, que vengan! ¡Busquen a las más peritas y que vengan!


Te haré esclavo de tus enemigos en un país que no conoces, porque mi cólera ha pasado a ser un fuego que los va a quemar.


El pueblo de Judá ha sido desterrado; sufre atropellos y dura servidumbre. Vive en medio de pueblos extranjeros y no encuentra descanso; sus enemigos lo persiguieron y le dieron alcance.


Sin embargo, aún en el desierto, juré echarlos a las naciones y dispersarlos entre los países extranjeros.


los dispersé por entre las naciones, los desparramé entre los países; los juzgué de acuerdo a su conducta y a sus acciones.


Por esta razón los dispersé entre naciones desconocidas para ellos y a sus espaldas dejaron un país desolado y sin alma viviente. Por culpa de ellos un país fértil se convirtió en un desierto.


dioses de los pueblos próximos o lejanos que te rodean de un extremo a otro de la tierra,


Pues ahora estoy dando órdenes para que se sacuda a Israel entre todas las naciones como se limpia el trigo en el harnero, sin que se pierda un solo grano.


¡Ea!, salgan del país del norte, dice Yavé, pues yo los he dispersado a los cuatro puntos cardinales.


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