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Deuteronomio 28:32 - Biblia Católica (Latinoamericana)

32 Tus hijos y tus hijas serán entregados a pueblos extranjeros y enfermerás con tanto mirar hacia ellos, pero no podrás hacer nada.

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Biblia Reina Valera 1960

32 Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

32 Presenciarás el momento en el que se lleven a tus hijos e hijas como esclavos. Se te partirá el corazón por ellos, pero no podrás hacer nada para ayudarlos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo verán y desfallecerán por ellos todo el día, pero no habrá fuerza en tu mano.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 Tus hijos y tus hijas serán entregados a un pueblo extraño: tus ojos lo verán y se consumirán por ellos todos los días, sin que tus manos puedan hacer nada por ellos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

32 Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano.

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Deuteronomio 28:32
25 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Tendrás hijos e hijas, pero no serán para ti, porque se los llevarán cautivos.


Por eso han caído a espada nuestros padres; y nuestros hijos, hijas y mujeres han sido llevados presos.


Retuércete de dolor y grita, hija de Sión, como mujer que da a luz, porque ahora saldrás de la ciudad para vivir en despoblado. Llegarás hasta Babilonia, pero allí serás liberada, pues Yavé te libertará del poder de tus enemigos.


y yo los desterraré a ustedes a un lugar más allá de Damasco, dice Yavé cuyo nombre es: Dios de los Ejércitos.


Acuérdate de esta advertencia, hijo de hombre: el día en que se les quite su 'refugio', esa joya que es la alegría de sus ojos, así como también a sus hijos y a sus hijas en los que piensan continuamente,


Por eso, está podrido nuestro corazón y se nos nublan los ojos


Y todavía nos cansábamos esperando el socorro. ¡Ilusión! Desde nuestros cerros no vimos llegar a Egipto, incapaz de salvarnos.


Mis ojos se agotan de llorar y arden mis entrañas, mi hígado se derrama por tierra por el desastre de la Hija de mi pueblo, mientras desfallecen niños y lactantes en las plazas de la ciudad.


Pío como la golondrina, gimo como la paloma; mis ojos han mirado hacia arriba: Señor, ten piedad de mí, responde tú por mí.


Por tu salvación mis ojos languidecen, y por tu justa palabra.


Mis ojos se cansaron por tu palabra, ¿cuándo vendrás a confortarme?


Me agoto de gritar, me arde la garganta, y mis ojos se cansan de esperar a mi Dios.


No se hacen regalos a los amigos, dicen, para dejar luego a sus hijos en la miseria.


En cambio, se nublará la vista de los malvados, y no tendrán posibilidad alguna de escapar; su única esperanza es la muerte.


En aquellas naciones no encontrarás paz ni estabilidad. Yavé te dará allí un corazón cobarde, atemorizado e inquieto de día y de noche.


Maldito el fruto de tus entrañas y el fruto de tus tierras, los partos de tus vacas y las crías de tus ovejas.


¡Ay de ti, Moab! ¡Estás perdido, pueblo de Camón! Hizo huir a tus hijos y tus hijas fueron llevadas cautivas por Sijón, rey de los amoritas.


Tu buey será sacrificado delante de ti y no comerás de él. Ante tus ojos te robarán tu burro y no te lo devolverán, tus ovejas serán entregadas a tus enemigos y nadie te defenderá.


Es justo Yavé, porque fui rebelde a sus órdenes. Escuchen, pues, pueblos todos, y miren mi dolor. Mis vírgenes y mis jóvenes han ido al cautiverio.


Pobres de ustedes que meditan la injusticia, que toda la noche traman el mal, y al amanecer lo ejecutan cuando está a su alcance.


¡que otro coma lo que yo sembré, y sean arrancados mis retoños!


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