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Deuteronomio 26:7 - Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Llamamos pues a Yavé, Dios de nuestros padres, y Yavé nos escuchó, vio nuestra humillación, nuestros duros trabajos y nuestra opresión.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 nosotros clamamos al Señor, Dios de nuestros antepasados. Él oyó nuestro clamor y vio las privaciones, el trabajo pesado y la opresión que pasábamos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Entonces clamamos a YHVH, Dios de nuestros padres, y YHVH oyó nuestra voz y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Clamamos entonces a Yahveh, el Dios de nuestros padres, y Yahveh oyó nuestra voz; vio nuestra miseria, nuestra pena y nuestra opresión,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, y nuestro trabajo, y nuestra opresión.

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Deuteronomio 26:7
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Durante este largo período murió el rey de Egipto. El pueblo de Israel sufría bajo la esclavitud. Gritaban, y su grito subía desde los lugares de trabajo hasta Dios.


El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí y he visto cómo los egipcios los oprimen.


Esto dice Yavé, que hizo la tierra, dándole forma y firmeza, y cuyo nombre es Yavé.


Vuélvete a mí y ten de mí piedad, como los que aman tu nombre lo merecen.


invócame en el día de la angustia, te libraré y tú me darás gloria.


Mañana a esta hora te enviaré a un hombre del territorio de Benjamín, al que consagrarás como jefe de mi pueblo Israel. Ese hombre va a salvar a mi pueblo de las manos de los filisteos, porque he visto la aflicción de mi pueblo y su clamor ha subido hasta mí'.


Ahora me acuerdo de mi alianza al oír los gemidos de los hijos de Israel oprimidos por los egipcios.


El pueblo creyó; comprendieron que Yavé había visto sus humillaciones y venía a visitar a los hijos de Israel. Postrados en tierra, adoraron.


A lo mejor Yavé toma en cuenta esta mi pena para devolverme la felicidad después de la maldición de hoy'.


Dios oyó los gritos del niño, y el Angel de Dios llamó desde el cielo a Agar y le dijo: '¿Qué te pasa, Agar? No temas, porque Dios ha oído al niño gritando de donde está.


Lía quedó embarazada y dio a luz un hijo, al que llamó Rubén, porque decía: 'En verdad Yavé ha visto mi aflicción; ahora mi esposo me amará.


Y miró Dios con bondad a los hijos de Israel, y los atendió.


no me dejaste en manos del enemigo, me has hecho caminar a campo abierto.


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