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Deuteronomio 2:34 - Biblia Católica (Latinoamericana)

34 En ese tiempo tomamos todas sus ciudades y las consagramos en anatema, matando a sus habitantes, hombres, mujeres y niños, sin perdonar vida alguna,

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Biblia Reina Valera 1960

34 Tomamos entonces todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres y niños; no dejamos ninguno.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Conquistamos todas sus ciudades y los destruimos a todos por completo: hombres, mujeres y niños. No dejamos a nadie con vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 En aquel tiempo capturamos todas sus ciudades y las consagramos al exterminio: hombres, mujeres y niños. No dejamos ningún sobreviviente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 En aquella ocasión tomamos todas sus ciudades y dimos al anatema ciudades enteras, con hombres, mujeres y niños, sin dejar uno solo con vida.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

34 Y tomamos entonces todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres y niños; no dejamos ninguno.

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Deuteronomio 2:34
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Anda pues a castigar a Amalec y lanza el anatema sobre todo lo que le pertenece. No tendrás piedad de él, darás muerte a los hombres, a las mujeres, a los niños, a los bueyes y corderos, a los camellos y burros'.


Cuando las entregue en tus manos y tú las derrotes, los exterminarás según la ley del anatema. No harás alianza con ellas ni les tendrás compasión.


Los consagramos en anatema, exterminando a aquella gente, como lo habíamos hecho con Sijón, rey de Jesbón: acabamos con todas las ciudades, hombres, mujeres y niños.


Los israelitas se apoderaron de todo el botín, pero pasaron a cuchillo a toda la población hasta exterminarla completamente: no quedó nadie.


Israel pecó, fue infiel a la Alianza que le prescribí. Tomaron objetos prohibidos por el anatema, los robaron, mintieron y los escondieron en el equipaje.


Los tendrás por cosa abominable, porque, de hecho, son 'anatema', o sea, maldición.


Le respondieron: 'Nos habían dado a conocer las instrucciones de Yavé tu Dios a Moisés su servidor: Yavé les dará todo el país pero ustedes exterminarán a todos sus habitantes. Temimos mucho por nuestras vidas y por eso actuamos de esa manera.


Siguiendo el anatema, se masacró a todo lo que vivía en la ciudad: hombres y mujeres, niños y viejos, incluso a los bueyes, corderos y burros.


Ese mismo día Josué se apoderó de Maquedá y pasó a cuchillo a toda la ciudad. Lanzó el anatema sobre la ciudad y todos sus habitantes y no dejó escapar a nadie. Trató al rey de Maquedá como había tratado al rey de Jericó.


De ese modo castigó Josué a toda la región y a sus reyes: la montaña, el Negueb, las llanuras y las lomas. No dejó sobrevivientes, sino que lanzó el anatema sobre todo ser viviente como lo había ordenado Yavé, el Dios de Israel.


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