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Deuteronomio 14:21 - Biblia Católica (Latinoamericana)

21 No comerán de ningún animal hallado muerto. Se lo darás al forastero que reside en tu ciudad o bien lo venderás a un extranjero, sabiendo que tú eres un pueblo consagrado a Yavé, tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.

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Biblia Reina Valera 1960

21 Ninguna cosa mortecina comeréis; al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él podrá comerla; o véndela a un extranjero, porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 »No comas nada que haya muerto de muerte natural. En todo caso, puedes dárselo a algún extranjero que viva en tu ciudad o vendérselo a un desconocido. Pero tú no lo comas, porque eres un pueblo santo, separado para el Señor tu Dios. »No cocines a un cabrito en la leche de su madre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 No comeréis ninguna bestia muerta. La podrás dar al extranjero que está en tus ciudades, y él podrá comerla, o véndela al extranjero, porque tú eres un pueblo santo para YHVH tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Pero no comeréis ninguna bestia muerta; se la darás a los forasteros que viven en tus ciudades o se la venderás a los extranjeros. Porque tú eres un pueblo consagrado a Yahveh, tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

21 Ninguna cosa mortecina comeréis: al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él la comerá: o véndela al extranjero; porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.

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Deuteronomio 14:21
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Llevarás a la casa de Yavé los primeros y mejores frutos de tus tierras. No cocerás el cordero en la leche de su madre.


Llevarás los primeros frutos de tu tierra a la Casa de Yavé, tu Dios. -No cocerás el cabrito con la leche de su madre.


Pues tú eres un pueblo santo y consagrado a Yavé, tu Dios. Yavé te ha elegido de entre todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra, para que seas su propio pueblo.


No comerán animal muerto o destrozado, pues con él se harían impuros: ¡Yo soy Yavé!


Toda persona nacida en el país, o todo forastero que haya comido carne de animal muerto o destrozado deberá lavar sus vestidos y bañarse en agua, y quedará impuro hasta la tarde; después será puro.


Entonces dije: '¡Ay, Señor Yavé, mira, nunca me he manchado. Jamás he comido animales muertos o desgarrados desde mi juventud hasta el presente, ninguna carne impura ha entrado en mi boca.


según dice la Escritura: Serán santos, porque yo soy santo.


No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto.


Digámosles en nuestra carta tan sólo que se abstengan de lo que es impuro por haber sido ofrecido a los ídolos, de las relaciones sexuales prohibidas, de la carne de animales sin sangrar y de comer sangre.


El hombre vestido de lino que estaba por encima de las aguas del río levantó entonces sus dos manos al cielo y le oí que hacía este juramento por el que vive eternamente: 'Todo se realizará en un tiempo, dos tiempos y un medio tiempo. Todas estas cosas se cumplirán cuando el pueblo santo esté completamente aplastado y sin fuerzas.


Su poder aumentará sin cesar, llevará a cabo cosas increíbles y tendrá éxito en sus empresas. Destruirá a los poderosos y al pueblo de los santos.


pero los tendré a ustedes como un reino de sacerdotes, y una nación que me es consagrada.


El que coma de su cadáver deberá lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde; el que levante un cadáver habrá de lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde.


Eres un pueblo consagrado a Yavé, tu Dios. Yavé te ha elegido de entre todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra, para que seas su propio pueblo.


Los sacerdotes no comerán ningún animal reventado o desgarrado, sea ave o cuadrúpedo.


Sean para mí como personas consagradas: ustedes no comerán de la carne que haya sido destrozada por animales en el campo, sino que se la darán a los perros.


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