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Daniel 2:27 - Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Daniel tomó la palabra en presencia del rey y dijo: 'El misterio que el rey quiere saber, no hay sabios, adivinos, magos ni astrólogos que se lo puedan revelar,

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Biblia Reina Valera 1960

27 Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Daniel contestó: —No hay sabios, brujos, magos ni adivinos que puedan dar a conocer el secreto del rey;

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Daniel respondió delante del rey, y dijo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Daniel respondió: 'El misterio que el rey desea saber no hay sabios, ni adivinos, ni magos, ni astrólogos que puedan revelárselo al rey,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

27 Daniel respondió delante del rey, y dijo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos, ni adivinos lo pueden enseñar al rey.

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Daniel 2:27
12 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El rey ordenó convocar a los magos, adivinos, brujos y astrólogos para que le explicaran el sueño que había tenido; vinieron y se presentaron ante el rey.


Hago fracasar las predicciones de los magos, y divagar a los adivinos; hago que los sabios se retiren y que su ciencia no acierte.


Egipto no sabrá qué hacer, echaré a perder su prudencia. Irán a consultar a los ídolos, a los adivinos, a los magos y a los brujos.


Y le contestaron: 'Los dos hemos tenido un sueño y nos falta quien lo interprete. José les dijo: '¿No es Dios quien da el interpretar los sueños? Vamos, cuéntenme lo que soñaron.


Aquella mañana Faraón se levantó muy preocupado, y mandó llamar a todos los adivinos y sabios de Egipto. Les contó sus sueños, pero ninguno fue capaz de interpretarlos.


¿Quién no te temerá, Rey de las naciones? Sí, a ti se te debe temer, porque entre todos los sabios de las naciones y entre todos sus reinos no hay nadie como tú.


Y cualquiera que fuese el tema de filosofía o de reflexión sobre el cual los interrogara, los hallaba diez veces superiores a todos los magos y adivinos de su reino.


Estaba acostado y tuve esta visión: había en el centro de la tierra un árbol que tenía gran altura.


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