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Daniel 11:20 - Biblia Católica (Latinoamericana)

20 En su lugar aparecerá otro que enviará al lugar más glorioso del reino a un recaudador de impuestos, pero en unos pocos días éste será vencido sin armas ni lucha.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Y se levantará en su lugar uno que hará pasar un cobrador de tributos por la gloria del reino; pero en pocos días será quebrantado, aunque no en ira, ni en batalla.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 »El sucesor del rey enviará a un cobrador de impuestos para mantener el esplendor del reino, pero morirá al cabo de un breve reinado, aunque no como resultado del enojo ni en batalla.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 En su lugar se levantará otro que aplicará grandes tributos a la tierra más hermosa del reino, pero en pocos días será quebrantado, sin actos de furia, ni en batalla.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 'En su lugar surgirá uno que enviará un emisario para saquear el tesoro del reino; pero en pocos días será quebrantado, sin ejércitos y sin guerra.'

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Entonces se levantará en su lugar un recaudador de impuestos en la gloria del reino; pero a los pocos días será destruido, no en enojo, ni en batalla.

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Daniel 11:20
7 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

En vez de bronce, traeré oro; en vez de hierro, plata; en vez de madera, bronce, y en vez de piedra, hierro. Como gobernantes te pondré la paz, y en vez de opresión, la justicia.


En su lugar surgirá un hombre despreciable a quien no darán el honor de la realeza; llegará en son de paz y se apoderará del reino mediante traiciones.


se levantará en su lugar un retoño de su raza, llegará a sitiar la fortaleza del rey del norte, se apoderará de ella y la tratará como vencedor.


Porque batiéndola a golpes la nata se vuelve mantequilla, un golpe en la nariz hace estallar la sangre, y un golpe de ira provoca las peleas.


Joaquim entregó al faraón el oro y la plata, pero para entregar al faraón la suma exigida tuvo que gravar al país con impuestos. Le descontó a cada cual, de acuerdo a su fortuna, la plata y el oro que debía al faraón Necao.


Este fue el encargo que recibió en una visión el profeta Habacuq:


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