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Cantares 8:6 - Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Guárdame en tu corazón como tu sello o tu joya, siempre fija a tu muñeca. porque es fuerte el amor como la muerte, y la pasión, tenaz como el infierno; sus flechas son dardos de fuego, como llama de Yavé.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; Porque fuerte es como la muerte el amor; Duros como el Seol los celos; Sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Ponme como un sello sobre tu corazón, como un sello sobre tu brazo. Pues el amor es tan fuerte como la muerte, y sus celos, tan duraderos como la tumba. El amor destella como el fuego con la llama más intensa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Ponme como un sello sobre tu corazón, Como una marca sobre tu brazo, Porque fuerte como la Muerte es el amor, Y obstinados son los celos, como el Seol, Sus ascuas son ascuas de fuego, Y sus llamas, llamarada de YH.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Ponme de sello sobre tu corazón, como sello en tu brazo, pues fuerte es el amor como la muerte, y fiera la pasión como el seol. Sus ardores son rayos de una hoguera, una llama divina.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte como la muerte es el amor; duros como el sepulcro los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama.

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Cantares 8:6
27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Ellos lo vencieron con la sangre del Cordero, con su palabra y con su testimonio, pues hablaron sin tener miedo a la muerte.


Mira cómo te tengo grabada en la palma de mis manos. y nunca dejé de pensar en tus murallas:


En aquel día, lo asegura Yavé de los Ejércitos, te tomaré a ti, Zorobabel, hijo de Sealtiel, mi servidor, y serás para mí como un anillo con mis iniciales en mi dedo. Pues a ti te he elegido, dice Yavé de los Ejércitos.


Hijas de Jerusalén, yo les ruego por si encuentran a mi amado... ¿Qué le dirán? Que estoy enferma de amor.


¡Por mi vida, dice Yavé, aunque Jeconías, hijo de Joaquim, rey de Judá, fuese un anillo en mi mano derecha, lo arrancaría de allí!


Porque los celos pondrán furioso al marido; en la primera oportunidad se vengará sin compasión.


Mi alma suspira y hasta languidece por los atrios del Señor; mi corazón y mi carne gritan de alegría al Dios que vive.


Me pusieron celoso con lo que no es Dios, me molestaron con cosas que no sirven. Por eso yo los pondré celosos de una gente que no es pueblo, y los molestará una nación que no sirve.


Puede ser que un espíritu de celos entre en el marido y que tiene sospechas porque, de hecho, se hizo impura. Pero también puede ser que un espíritu de celos le haya entrado y tenga sospechas, siendo que ella le ha sido fiel.


Pero él nos contestó: '¿Por qué me destrozan el corazón con sus lágrimas? Yo estoy dispuesto no sólo a ser encarcelado, sino también a morir en Jerusalén por el Nombre del Señor Jesús.


Flechas muy puntiagudas de guerrero, endurecidas en brasas de retama.


A pesar de todo no se hunden los sólidos cimientos puestos por Dios, en los cuales está inscrito: El Señor conoce a los suyos, y: Aléjese de la maldad el que invoca el nombre del Señor.


Estoy celoso de ustedes, y son celos de Dios, pues los he ofrecido a Cristo como una joven virgen a la que yo he desposado con el único esposo.


Y añade: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber: éstas serán otras tantas brasas sobre su cabeza.


Pero ya no me preocupo por mi vida, con tal de que pueda terminar mi carrera y llevar a cabo la misión que he recibido del Señor Jesús: anunciar la Buena Noticia de la gracia de Dios.


Pues pongo ahora delante de Josué una piedra que reluce como si tuviera siete ojos y yo mismo escribo en ella la inscripción. y cancelo la deuda del país en un solo día.


Así amontonarás brasas sobre su cabeza y Yavé te lo recompensará.


Finjas, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, alejó mi cólera de los israelitas cuando se mostró lleno de celo por mí en medio de ellos.


Estas piedras llevarán los nombres de los hijos de Israel; doce nombres estarán grabados en ellas, según las doce tribus: en cada piedra, un nombre.


Oh Dios, tú eres mi Dios, a ti te busco, mi alma tiene sed de ti; en pos de ti mi carne languidece cual tierra seca, sedienta, sin agua.


Al punto estos tres irrumpieron en medio del campamento de los filisteos, sacaron agua de la cisterna que hay en la puerta de Belén, se la llevaron y se la ofrecieron a David. Pero David no quiso beberla, sino que la derramó en el suelo y la ofreció a Yavé, diciendo:


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