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Cantares 4:4 - Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Tu cuello es como la torre de David, levantada para dominar; de ella cuelgan mil escudos, todos escudos de valientes.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería; Mil escudos están colgados en ella, Todos escudos de valientes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Tu cuello es tan hermoso como la torre de David, adornado con los escudos de mil héroes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Tu cuello, como la torre de David, Construida con roquetas, De donde penden mil escudos, Todos paveses° de valientes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Tu garganta, la torre de David, construida para trofeos: mil broqueles cuelgan de ella; todos, escudos de valientes.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería; mil escudos están colgados en ella, todos escudos de hombres valientes.

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Cantares 4:4
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

tus dos pechos cervatillos coquetones mellizos de gacela. Tu cuello, como torre de marfil.


Y los protege el poder de Dios, por medio de la fe, con miras a la salvación que nos tiene preparada para los últimos tiempos.


Ezer hijo de Yesúa, jefe de Mispá trabajó en el ángulo de la muralla cerca de la Casa de Armas;'


en vez de mantenerse en contacto estrecho con aquel que es la cabeza. El mantiene la unidad del cuerpo entero por un conjunto de nervios y ligamentos y le da firmeza haciéndolo crecer según Dios.


Tus mejillas se ven lindas con esos aros y tu cuello entre los collares.


Le da a su rey victoria tras victoria, y sigue con sus favores a su ungido, a David y a su raza para siempre'.


Que nunca más caiga sobre ustedes ni rocío ni lluvia, montañas de Guelboé, campos verdes: porque allí fue profanado el escudo de los héroes. El escudo de Saúl no necesitaba aceite


Aquí están nuestros hijos como plantas que van creciendo desde su niñez; nuestras hijas son columnas angulares esculpidas en el frontis de un palacio.


Tus ojos, las piscinas de Jesbón, junto a la puerta de Bat-Rabím. Tu nariz es la cumbre del Líbano, centinela que mira hacia Damasco.


Yo soy una muralla, mis pechos son como torres. Soy a sus ojos como quien ha hallado la paz.


Y tú, Sión, torre de donde se vigila el rebaño, recuperarás la antigua soberanía, la autoridad real sobre todo Israel.


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