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Apocalipsis 15:4 - Biblia Católica (Latinoamericana)

4 ¿Quién no dará honor y gloria a tu Nombre, oh Señor? Tú solo eres santo, y todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, porque tus fallos se han dado a conocer.

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Biblia Reina Valera 1960

4 ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues solo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 ¿Quién no te temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Pues solo tú eres santo. Todas las naciones vendrán y adorarán delante de ti, porque tus obras de justicia han sido reveladas».

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre?° Porque sólo Tú° eres santo; Por lo cual todas las naciones vendrán y adorarán° delante de ti, Porque tus justas acciones se han hecho manifiestas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 ¿Quién no temerá, Señor, y no glorificará tu nombre? Porque sólo tú eres santo, porque todos los pueblos vendrán y se postrarán ante ti, porque tus justos designios han quedado manifiestos'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán, y adorarán delante de ti, porque tus juicios se han manifestado.

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Apocalipsis 15:4
44 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Todos los paganos vendrán para adorarte y darán, Señor, gloria a tu nombre.


Desde donde sale el sol hasta el ocaso, en cambio, todas las naciones me respetan y en todo el mundo se ofrece a mi Nombre tanto el humo del incienso como una ofrenda pura. Porque mi Nombre es grande en las mismas naciones paganas, dice Yavé de los ejércitos.


¿Quién no te temerá, Rey de las naciones? Sí, a ti se te debe temer, porque entre todos los sabios de las naciones y entre todos sus reinos no hay nadie como tú.


De Dios se acordará toda la tierra y a él se volverá; todos los pueblos, razas y naciones ante él se postrarán.


Tocó el séptimo ángel su trompeta; entonces resonaron grandes voces en el cielo: 'Ahora el mundo ha pasado a ser reino de nuestro Dios y de su Cristo. Sí, reinará por los siglos de los siglos.


Gritaba con fuerza: 'Rindan a Dios gloria y honor, porque ha llegado la hora de su juicio. Adoren al que hizo el cielo, la tierra, el mar y los manantiales de agua.


Después de esto, los sobrevivientes de todos los países que le declararon la guerra a Jerusalén vendrán anualmente a adorar al Rey, Yavé de los Ejércitos, y a celebrar la fiesta de los Tabernáculos.


Por eso, te proclama un pueblo poderoso, y la ciudad respetada por las naciones te teme.


Lo juro por mi Nombre, pues de mi boca sólo sale la verdad y si hablo, la palabra no se echa atrás: 'Ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua jurará por mí, diciendo:'


Cada uno de los cuatro Seres Vivientes tiene seis alas llenas de ojos alrededor y por dentro, y no cesan de repetir día y noche: Santo, santo, santo es el Señor Dios, el Todopoderoso, el que era, es y ha de venir.


según dice la Escritura: Serán santos, porque yo soy santo.


Sálvense, habitantes de Sión que viven en Babilonia.


Entonces oí otro grito que venía del altar: 'Sí, Señor y Dios, Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.


Sus juicios son verdaderos y justos: ha condenado a la gran prostituta que corrompía la tierra con su inmoralidad y le ha hecho pagar la sangre de sus servidores.


Mi alma te desea por la noche y mi espíritu se despierta en mí desde la mañana. Cuando a la tierra le llegan tus juicios, los habitantes del mundo aprenden a ser justos.


Dios terrible en la asamblea de los santos, grande y temible para toda su corte.


¿Y los otros pueblos? Esos darán gracias a Dios por su misericordia. Lo dice la Escritura: Por eso te bendeciré entre las naciones y alabaré tu Nombre.


Después volverán los hijos de Israel, buscarán a Yavé, su Dios, y a David, su rey. Cuando llegue el momento acudirán llenos de respeto a Yavé para recibir sus beneficios.


Y gritaban, respondiéndose el uno al otro: 'Santo, Santo, Santo es Yavé de los Ejércitos, su Gloria llena la tierra toda.


Envió a su pueblo la liberación, fijó con él una alianza para siempre; santo y temible es su Nombre.


Se pusieron a gritar con voz muy fuerte: 'Santo y justo Señor, ¿hasta cuándo vas a esperar a hacer justicia y tomar venganza por nuestra sangre a los habitantes de la tierra?'


Mi Dios, mi Santo ¿no eres tú el Yavé de antes que no puede morir? ¿Has hecho de este pueblo, oh Yavé, el instrumento de tu justicia? ¿Acaso lo has escogido, Roca mía, para corregirnos?


Escribe al ángel de la Iglesia de Filadelfia: Así habla el Santo, el Verdadero, el que guarda la llave de David: si él abre, nadie puede cerrar, y si cierra, nadie puede abrir.


El es el Señor, es nuestro Dios, sus decisiones tocan a toda la tierra.


Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante su santo monte: ¡Santo es el Señor nuestro Dios!


Tú, sin embargo, estás en el Santuario, de allí sube hasta ti la alabanza de Israel.


No hay otro Santo que Yavé, nadie hay fuera de ti ni otra roca fuera de nuestro Dios.


Tú entonces, al verlo, te pondrás radiante, palpitará tu corazón muy emocionado; traerán a ti tesoros del otro lado del mar y llegarán a ti las riquezas de las naciones.


¡Oh Yavé, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de la desgracia! A ti vendrán a verte las naciones desde los últimos límites de la tierra, y dirán: Era sólo mentira lo que se transmitían nuestros padres, y vanidad y falta de poder.


Pues así habla el Altísimo, que vive en su morada eterna, y cuyo Nombre es santo: 'Yo vivo en lo alto y me quedo en mi santidad, pero también estoy con el hombre arrepentido y humillado, para reanimar el espíritu de los humildes y a los de corazón quebrantado.


También alaban a Yavé las islas del mar; ¡Islas del mar, aviven el Nombre de Yavé, Dios de Israel!'


Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante la tarima de sus pies: ¡El es Santo!


Sión lo ha oído y se regocija, se festejan los pueblos de Judá a la espera, Señor, de tus sentencias.


Alaben al Señor sus servidores, todo el linaje de Jacob lo aclame, toda la raza de Israel lo tema;'


¿A mí no me temen, dice Yavé, ni tiemblan delante de mí? De mí, que puse la arena para atajar el mar, como una cerca eterna que no puede saltar. Aunque se agite bramando, no podrá pasarla con sus olas.


Y oí al ángel de las aguas que decía: 'Tú, el que eras y eres, el Santo, eres justo al castigarlos de este modo,


la han vestido de lino fino, deslumbrante de blancura -el lino son las buenas acciones de los santos-.


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