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Amós 9:3 - Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Si se esconden en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los agarraré; si se ocultan de mi vista en el fondo del mar, allí mismo mandaré a la serpiente para que los muerda;'

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Biblia Reina Valera 1960

3 Si se escondieren en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; y aunque se escondieren de delante de mis ojos en lo profundo del mar, allí mandaré a la serpiente y los morderá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Aunque se escondan en la cumbre del monte Carmelo, allí los buscaré y los capturaré. Aunque se oculten en el fondo del océano, enviaré tras ellos a la serpiente marina para que los muerda.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Aunque se escondan en la cima del Carmelo, Allí los buscaré y de allí los tomaré, Y aunque se oculten de mi vista en el fondo del mar, Allí° les mandaré una serpiente que los morderá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 aunque se escondan en la cumbre del Carmelo, allí daré con ellos y los agarraré; aunque se oculten de mi vista en el fondo del mar, allí mandaré a la serpiente que les muerda;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Y si se escondieren en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; y aunque se escondieren de delante de mis ojos en lo profundo del mar, allí mandaré a la serpiente y los morderá.

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Amós 9:3
10 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yo enviaré primero a muchos pescadores, dice Yavé, que los pescarán; después, a numerosos cazadores, que los perseguirán por montes y cerros, y hasta en las cavernas de las montañas.


Aquel día Yavé castigará con su espada firme, grande y pesada a la serpiente Leviatán, que siempre sale huyendo, a Leviatán, que es una serpiente astuta, y matará al dragón del mar.


no hay tinieblas ni sombras donde puedan esconderse los malvados.


Dijo: 'Ruge Yavé desde Sión, desde Jerusalén hace oír su voz; se marchitan los pastos de los pastores y se secan las cumbres del Carmelo.


Oyeron después la voz de Yavé Dios que se paseaba por el jardín, a la hora de la brisa de la tarde. El hombre y su mujer se escondieron entre los árboles del jardín para que Yavé Dios no los viera.


Sin fuerzas están los extranjeros, tras sus fortalezas se atrincheran.


Por esto, te dijiste: '¿Qué sabe Dios? ¿Podrá juzgar a través de las nubes?'


para que hundas los pies en su sangre y hasta la lengua de tus perros reciba su parte de los enemigos.


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