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Amós 5:21 - Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Yo odio y aborrezco sus fiestas y no me agradan sus celebraciones.

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Biblia Reina Valera 1960

21 Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me complaceré en vuestras asambleas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 «Odio todos sus grandes alardes y pretensiones, la hipocresía de sus festivales religiosos y asambleas solemnes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 ¡Desprecio y rechazo vuestras fiestas! ¡Vuestras solemnidades no me aplacan!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Odio, desprecio vuestras fiestas, no puedo soportar vuestras asambleas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

21 Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me darán buen olor vuestras asambleas.

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Amós 5:21
21 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El que se niega a escuchar la Ley, hasta su oración indispone a Dios.


Reduciré a escombros sus ciudades y devastaré sus santuarios, no me agradará más el perfume de sus sacrificios.


Ahora bien se sacrifica a un buey y al mismo tiempo se mata a un hombre; se degüella un cordero pero también se desnuca un perro. Se presenta como ofrenda sangre de cerdo y, si queman incienso, lo queman ante los ídolos. Así como se deleitan en seguir sus caminos, y sus almas quedan felices con sus sucios ídolos,


¿Qué me importa a mí el incienso importado de Saba y la canela fina que viene de un país lejano? Ya no me gustan los holocaustos que ustedes hacen, y sus sacrificios me caen mal.


Yavé aborrece el sacrificio de los malvados, pero acoge con alegría la oración de los justos.


¿Acaso quieren ofrecer sacrificios? ¡Que los ofrezcan, pues, y que se coman la carne! Pero Yavé no se siente agradecido por ellos, pues se está acordando de su falta; va a castigar sus pecados y los va a mandar nuevamente a Egipto.


Por lo tanto, ¡ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes cierran a la gente el Reino de los Cielos. No entran ustedes, ni dejan entrar a los que querrían hacerlo.


Yavé siente horror por el sacrificio de los malvados, sobre todo si ofrecen con una mala intención.


Al aspirar el agradable aroma, Yavé decidió: 'Nunca más maldeciré la tierra por causa del hombre, pues veo que sus pensamientos están inclinados al mal ya desde la infancia. Nunca más volveré a castigar a todo ser viviente como acabo de hacerlo.


Sigan el camino del amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como esas ofrendas y víctimas cuyo olor agradable subía a Dios.


Por el momento tengo todo lo que necesito y más de lo que necesito. Tengo de sobra con lo que Epafrodito me entregó de parte de ustedes y que recibí como un sacrificio 'agradable a Dios y cuyo olor sube hasta él'.


Aunque ayunen, no escucharé su súplica; aunque me presenten holocaustos y ofrendas, no los aceptaré. Al contrario, me preparo para acabar con ellos por la espada, el hambre y la peste.


Pero como ella se había prostituido y entregado, mi corazón también se apartó de ella como se había ya apartado de su hermana.


Por eso, vendré a recuperar mi trigo en la cosecha y mi vino nuevo en la vendimia; y le quitaré mi lana y mi lino, y todo lo que cubría su desnudez.


Con sus ovejas y sus bueyes irán en busca de Yavé, pero no lo encontrarán porque se ha alejado de ellos.


Vayan al santuario de Betel para pecar. Vayan al de Guilgal y pequen más todavía. Presenten sus sacrificios cada mañana y también los diezmos a los tres días.


Quemen, para dar gracias, panes sin levadura, y anuncien a los cuatro vientos sus ofrendas voluntarias, pues eso les gusta a ustedes, hijos de Israel, dice el Señor Yavé.


Juro por mí mismo, dice el Señor Yavé, el Dios de los Ejércitos: Yo aborrezco el lujo insolente de Jacob y detesto sus palacios; por eso, entregaré en manos del enemigo la ciudad con todos sus habitantes.


Cambiaré sus fiestas en velorio y sus cantos en lamentos. Haré que todo el mundo se vista de saco y que todos se rapen la cabeza. Ese día habrá tanto pesar como en los funerales de un hijo único; y el porvenir no será menos amargo.


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