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Amós 1:14 - Biblia Católica (Latinoamericana)

14 por eso yo prenderé fuego a los muros de Rabbá, incendiándose sus palacios; habrá entonces alaridos de combate y soplará el vendaval de la tormenta.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Encenderé fuego en el muro de Rabá, y consumirá sus palacios con estruendo en el día de la batalla, con tempestad en día tempestuoso;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Por lo tanto, haré caer fuego sobre los muros de Rabá, y todas sus fortalezas serán destruidas. La batalla vendrá sobre ellos con gritos, como un torbellino en una tormenta impetuosa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Encenderé pues un fuego a los muros de Rabá, Que devorará sus palacios, Entre el alarido° del día de batalla, Entre la tempestad del día huracanado,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Pondré fuego a las murallas de Rabá, que devorará sus palacios, entre la alarma de un día de batalla, entre el torbellino de un día de tormenta.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Y encenderé fuego en el muro de Rabá, y consumirá sus palacios con estruendo en el día de la batalla, con tempestad en día tempestuoso;

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Amós 1:14
20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Arrasaré a todos sus gobernantes y aniquilaré, con él, a todos sus príncipes, dice Yavé.


Por eso, se acerca ya el tiempo, dice Yavé, en que haré resonar, en Rabbá de los amonitas, el grito de guerra. Quedará convertida en un montón de escombros abandonados, y sus aldeas serán incendiadas. Entonces Israel despojará a los que lo habían despojado, afirma Yavé.


Og, rey de Basán, era el último superviviente de la raza de los gigantes. En Rabba, ciudad de los amonitas, se muestra su cama de hierro, la cual tiene cuatro metros cincuenta de largo y dos de ancho.


Yavé hará oír su voz majestuosa y descargará su ardiente cólera, en medio de relámpagos que queman y de una tempestad de lluvia y granizo.


Joab atacó Rabbá de los amonitas y se apoderó de esa ciudad real;'


Por esta razón los dispersé entre naciones desconocidas para ellos y a sus espaldas dejaron un país desolado y sin alma viviente. Por culpa de ellos un país fértil se convirtió en un desierto.


En los tiempos del fin, el rey del sur lo atacará; el rey del norte se lanzará contra él con sus carros, sus caballeros y numerosos barcos. Entrará por todos sus territorios, los invadirá y los atravesará.


Convertiré a Rabba en un potrero para los camellos, y a la tierra de Amón en un corral para las ovejas; entonces sabrán que yo soy Yavé.


Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; le ponen en el hombro el distintivo del rey y proclaman su nombre: 'Consejero admirable, Dios fuerte, Padre que no muere, príncipe de la Paz.


así persíguelos con tu tormenta y llénalos de terror con tu huracán.


Cuando siente la trompeta relincha, y olfatea de lejos el combate, las órdenes de los jefes y el grito de guerra.


A vuelta de año, en la época en que los reyes hacen sus campañas, David mandó a Joab con su guardia y todo Israel. Derrotaron completamente a los amonitas y sitiaron Rabbá, mientras David se quedaba en Jerusalén.


A la vuelta del año, en el tiempo en que los reyes salen a pelear, Joab se fue con la mayor parte del ejército para asolar el país de los hijos de Ammón; después fue a sitiar a Raba, mientras David se quedó en Jerusalén. Entre tanto, Joab conquistó a Raba y la destruyó.


Yavé de los Ejércitos intervendrá, con truenos, terremotos y gran estruendo, y el huracán, la tempestad, y la llama de un fuego devorador.


El temporal de Yavé estalla, una tempestad se desencadena y se precipita sobre las cabezas de los impíos.


Todos se asustarán y muchos morirán, porque en todas las puertas he puesto la espada para la masacre; lanza destellos, reluce para la masacre.


Y yo aplaudiré con fuerza, porque mi cólera habrá quedado satisfecha: yo, Yavé, hablé.


Pues bien, por eso, levanto mi mano en contra tuya; te convertirás en pasto de las naciones, haré que desaparezcas de entre los pueblos y ya no serás más un país. Entonces sabrás que yo soy Yavé.


Después desterró a todos los habitantes de la ciudad, los condenó a trabajos forzados con el serrucho, la picota o el hacha y los empleó en la fabricación de ladrillos. Así actuó David con todas las ciudades de los amonitas, y después regresó a Jerusalén con todo su ejército.


pero tú pon allí un letrero para que la espada pueda elegir entre los dos caminos, cada uno de los cuales lleva a una ciudad: o Rabba de los amonitas o Judá, con Jerusalén en el centro.


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