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2 Samuel 22:3 - Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El es mi roca, en él me refugio. Es mi escudo, mi salvación, mi ciudadela y mi refugio: mi salvador me salva de la violencia.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 mi Dios es mi roca, en quien encuentro protección. Él es mi escudo, el poder que me salva y mi lugar seguro. Él es mi refugio, mi salvador, el que me libra de la violencia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Dios es mi Roca, en Él me refugiaré; Mi escudo, y el cuerno de mi salvación, Mi alto refugio, y mi Salvador. De la violencia me libraste.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 mi roca, mi torreón y mi refugio, él es mi escudo y mi fuerza salvadora, mi Dios y el fortín a que me acojo, mi escudo, mi defensa y mi castillo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Dios es mi Roca, en Él confiaré; mi escudo, y el cuerno de mi salvación, mi fortaleza alta y mi refugio; mi Salvador, tú me libras de violencia.

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2 Samuel 22:3
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El Señor es un bastión para el oprimido, un refugio para los tiempos de angustia.


¡Vean cómo es él, el Dios que me salva! En él confío y no tengo más miedo, pues Yavé es mi fuerza y mi canción, él ha sido mi salvación.


El nombre de Yavé es una fortaleza; allí acude el justo y encuentra seguridad.


Las palabras de Dios pasan cualquier prueba, son un escudo para los que confían en él.


El Señor Sabaot está con nosotros, es nuestro baluarte el Dios de Jacob.


El Señor es mi roca y mi fortaleza; es mi libertador y es mi Dios, es la roca que me da seguridad; es mi escudo y me da la victoria.


Feliz eres, ¡oh, Israel! ¿Quién semejante a ti, pueblo salvado por Yavé? El es el escudo que te ampara, la espada que te da la victoria. Tus enemigos quisieran apaciguarte, pero tú, al fin, les pisas el cuello.


Después de estos sucesos, Yavé dirigió su palabra a Abram en una visión, y le dijo: 'No temas, Abram, yo soy tu protector. Tu recompensa será muy grande.


Y también: Mantendré mi confianza en Dios. Aquí estoy yo y los hijos que Dios me ha dado.


Ahora sale triunfante nuestra salvación en la casa de David, su siervo,


El es mi refugio y mi baluarte, mi fortaleza y mi libertador, mi escudo en que me amparo, él humilla a los pueblos a mis pies.


Pero yo cantaré tu poder, y desde la mañana contaré tus bondades; porque tú has sido para mí una ciudadela y mi refugio en el día de la angustia.


Ustedes frustraban la esperanza del pobre, pero es Dios su refugio.


¡Oh Yavé, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de la desgracia! A ti vendrán a verte las naciones desde los últimos límites de la tierra, y dirán: Era sólo mentira lo que se transmitían nuestros padres, y vanidad y falta de poder.


Cada uno de ellos será como un cortaviento, o como un refugio para guarecerse del temporal. Serán como un río que corre por el desierto o como la sombra de un cerro en medio de una llanura calurosa.


Señor, protégeme de las manos del impío, defiéndeme de la gente violenta, que piensan cómo hacerme tropezar.


Dispérsalos, Señor, confúndeles las lenguas, pues violencia y discordia he visto en la ciudad;'


El Señor Sabaot está con nosotros, es nuestro baluarte el Dios de Jacob.


que nos salvaría de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian;'


Que la tierra rechace al detractor y persiga al violento el mal sin tregua.


Líbrame, Señor, del hombre malvado, defiéndeme de la gente violenta,


Oh Dios, me echan la culpa los soberbios, una banda de locos busca mi muerte, y son gente que no piensan en ti.


El Señor es un baluarte y un escudo, el Señor dará la gracia y la gloria a los que marchan rectamente: ninguna bendición les negará.


Mira, oh Dios, nuestro escudo, contempla la cara de tu ungido.


de la opresión violenta rescata su vida, y su sangre que es preciosa ante sus ojos.


Pero ahora para muchos soy un escándalo, y sólo me quedas tú, mi amparo seguro.


Llévame a la roca muy alta para mí, pues tú eres mi refugio, una torre poderosa ante el enemigo.


Dios es nuestro refugio y fortaleza, socorro siempre a mano en momentos de angustia.


El Señor es mi fuerza y mi escudo, mi corazón confiaba en él, y me socorrió; por eso mi corazón se alegra y le canto agradecido.


Porque él me dará asilo en su cabaña en tiempos de desdicha, me ocultará en el secreto de su tienda, y me alzará sobre la roca.


Pues tú, Señor, bendices al justo y como un escudo lo cubre tu favor.


Mas tú, Señor, eres mi escudo, mi gloria, el que levanta mi cabeza.


Le da a su rey victoria tras victoria, y sigue con sus favores a su ungido, a David y a su raza para siempre'.


Tú me libras de todos mis enemigos, del agresor me haces el amo, tú me liberas de los violentos.


Entonces Ana pronunció este cántico: 'Mi corazón se alegra con Yavé, lleno de fuerza me siento con Yavé; ya puedo responder a mis enemigos porque me salvaste, y soy feliz.


Y les dirá: ¿Dónde están sus dioses, la roca en la que buscaban su refugio,


que Dios derramó sobre nosotros por Cristo Jesús, nuestro Salvador.


Pero se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los hombres;'


y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador,


Pues Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel, dice: Haré desaparecer de este lugar, y ante tus propios ojos, todo grito de alegría y de gozo, y también los cantos de los novios.


O si no hablen, presenten sus pruebas; si es necesario, consúltense unos a otros: ¿Quién había anunciado estas cosas y las había publicado desde hace tiempo? ¿No he sido yo, Yavé? No hay otro Dios fuera de mí. Dios justo y Salvador no hay fuera de mí.


Tú eres un refugio para mí, me guardas en la prueba, y me envuelves con tu salvación.


Dirige a la derecha tu mirada y ve cómo ninguno me conoce. Lejos de mí está cualquier refugio, nadie se preocupa de mi vida.


El es la Roca, cuya obra es perfecta, y todos sus caminos son justicia. Es Dios leal, enemigo del mal, es recto y justo.


No hay otro Santo que Yavé, nadie hay fuera de ti ni otra roca fuera de nuestro Dios.


El camino de Dios es perfecto, la palabra de Dios es infalible. El es un escudo para los que en él se refugian.


¡Viva Yavé! ¡Bendita sea mi roca! ¡Alabado sea el Dios que me salva!


Habló el Dios de Israel, dijo la roca de Israel: Un justo que es conductor de hombres, que los guía con el temor de Dios,


¡Yavé, mi fortaleza!, a él le cantaré, él fue mi salvación, él es mi Dios y lo alabaré, el Dios de mi padre, lo ensalzaré.


Que en ti confíen los que veneran tu nombre, porque no abandonas, Señor, a los que te buscan.


Por eso, si hay temblor no temeremos, o si al fondo del mar caen los montes;'


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