2 Reyes 9:35 - Biblia Católica (Latinoamericana)

³⁵ Fueron los sirvientes a sepultarla, pero sólo encontraron el cráneo, los pies y las manos.

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Biblia Reina Valera 1960

³⁵ Pero cuando fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que la calavera, y los pies, y las palmas de las manos.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³⁵ pero cuando fueron a enterrarla, solo encontraron el cráneo, los pies y las manos.

La Biblia Textual 3a Edicion

³⁵ Fueron pues a sepultarla, pero no encontraron de ella más que la calavera, los pies, y las palmas de las manos.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³⁵ Fueron a darle sepultura, pero no encontraron de ella más que la calavera, los pies y las manos.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

³⁵ Y cuando fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que la calavera, los pies y las palmas de las manos.

2 Reyes 9:35 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Hechos 12:23

Pero de repente lo hirió el ángel del Señor por no haber devuelto a Dios el honor, y empezó a llenarse de gusanos que lo comían, hasta que murió.

Jeremías 36:30

Pues bien, así dice Yavé a propósito de Joaquim, rey de Judá: No tendrá quien le suceda en el trono de David, y su propio cadáver quedará tirado, expuesto al calor del día y al frío de la noche.

Jeremías 22:19

Será enterrado como un burro, lo arrastrarán y lo tirarán fuera de las puertas de Jerusalén.

Eclesiastés 6:3

Supongamos que un hombre tuviera un centenar de hijos y viviera largos años, pero durante todo ese tiempo no encontrara la felicidad y no tuviera después sepultura -en ese caso digo que un recién nacido fallecido es más feliz que él-.

Job 31:3

¿No es acaso la desgracia para el injusto y la prueba para los que actúan con maldad?

2 Reyes 9:10

¡Los perros se comerán a Jezabel en el campo de Yizreel y nadie la enterrará!' Luego abrió la puerta y salió huyendo.

2 Reyes 9:34

Después Jehú entró, comió y bebió; luego dijo: 'Preocúpense de esa maldita y denle sepultura, pues es una hija de rey'.

2 Reyes 9:36

Volvieron para decírselo a Jehú, quien exclamó: 'Acaba de cumplirse la palabra de Yavé, quien había dicho por medio de su servidor Elías de Tisbé: Los perros se comerán el cuerpo de Jezabel en el campo de Yizreel.