Acabado el trabajo, entregaron al rey y a Joyadá el resto del dinero, con el cual hicieron objetos para la Casa de Yavé: utensilios para el ministerio y para los holocaustos, vasos y objetos de oro y plata.
Durante toda la vida de Joyadá los holocaustos se ofrecieron constantemente en la Casa de Yavé.
El comandante de la guardia tomó además las vasijas, los braseros, los jarros, los ceniceros, los candelabros, los tazones y los platos para los sacrificios, todo de oro y de plata.
Juram hizo también los calderos, las palas y las copas.
Así terminó Juram todos los trabajos que le había encargado el rey Salomón para la Casa de Yavé: