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2 Reyes 23:29 - Biblia Católica (Latinoamericana)

29 En ese tiempo, el faraón Necao, rey de Egipto, llevó a cabo una expedición hasta el Eufrates para combatir con el rey de Asur. El rey Josías salió a enfrentarlo, pero Necao dio orden de matarlo en cuanto lo vio.

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Biblia Reina Valera 1960

29 En aquellos días Faraón Necao rey de Egipto subió contra el rey de Asiria al río Éufrates, y salió contra él el rey Josías; pero aquel, así que le vio, lo mató en Meguido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Durante el reinado de Josías, el faraón Necao, rey de Egipto, fue al río Éufrates para ayudar al rey de Asiria. El rey Josías y su ejército salieron a enfrentarlo, pero el rey Necao mató a Josías cuando se encontraron en Meguido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 En sus días, Faraón Necao, rey de Egipto, subió hacia el río Éufrates al encuentro del rey de Asiria; y el rey Josías fue a su encuentro, pero en cuanto aquél lo vio, le dio muerte en Meguido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 En su tiempo subió el Faraón Necó, rey de Egipto, en ayuda del rey de Asiria, hacia el río Éufrates. Salió el rey Josías a su encuentro, pero apenas se enfrentaron, el Faraón le dio muerte en Meguidó.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

29 En aquellos días Faraón Necao, rey de Egipto, subió contra el rey de Asiria al río Éufrates, y salió contra él el rey Josías; pero aquél así que lo vio, lo mató en Meguido.

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2 Reyes 23:29
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Para Egipto y el ejército de Faraón Necao, rey de Egipto, que estaba cerca del río Eufrates, en Carquemis, y al que derrotó Nabucodonosor, rey de Babilonia, el año cuarto del reinado de Joaquim, rey de Judá.


La lamentación que habrá en ese día, en Jerusalén, será tan grande como la que se celebra para Hadad Rimón en la llanura de Meguido.


Llegaron los reyes y combatieron. En Tanac, cerca de las aguas de Meguido, combatieron los reyes de Canaán, pero no recogieron botín.


Los reunieron en el lugar llamado en hebreo Harmaguedón (o sea, cerros de Meguido).


¡Qué profunda es la riqueza, la sabiduría y la ciencia de Dios! ¿Cómo indagar sus decisiones o reconocer sus caminos?


Esto es desconcertante en esta tierra: hay justos a los que les pasa todo lo que les tocaría a los malos por todo lo que han hecho, y hay malos a los que les pasa lo que les correspondería a los justos: esto tampoco tiene sentido.


El rey de Egipto no salió más fuera de sus fronteras porque el rey de Babilonia se había apoderado de todo lo que pertenecía al rey de Egipto, desde el torrente de Egipto hasta el río Eufrates.


Por eso te reuniré con tus padres y te haré descender en paz a la tumba, para que no veas todas las desgracias que acarrearé sobre este lugar'. Le llevaron al rey esa respuesta.


Pero Amasías no le hizo caso. Entonces Yoás rey de Israel avanzó y se enfrentaron en Bet-Semés, que está en Judá.


Entonces Amasías envió mensajeros a Yoás hijo de YoAjaz, hijo de Jehú, rey de Israel: 'Ven a pelear conmigo', le decía.


Al ver todo eso, Ocozías rey de Judá se había dado a la fuga por el camino de Bet-Hagán. Jehú lo persiguió: '¡Maten a ése también!'. Lo hirieron en su carro en la subida de Gur, cerca de Jibleam; se refugió en Meguido y allí murió.


Baana, hijo de Ajilud, en Tanac y Megido y hasta más allá de Jocneam, también tenía a Bet-seán abajo de Yisreel y de Bet-seán hasta Abel-Mejola, en dirección a Sartán.


Manasés no pudo apoderarse de la ciudad de Bet-Seán ni de sus dependencias, ni tampoco de Tanac, de Dor, de Jibleam y de Meguido; los cananeos se mantuvieron firmes en ese territorio.


En el territorio de Isacar y en el de Aser, Manasés poseía Bet-Seán y las ciudades que de ella dependen, Jiblean y las ciudades que dependen de ella, los habitantes de Dor y las ciudades que de ella dependen, los habitantes de Tanac y de Megido y las ciudades que dependen de ella (esas tres ciudades están situadas en alturas).


El resto de los hechos de Josías, todo lo que hizo, está escrito en el Libro de las Crónicas de los reyes de Judá.


Vas a pronunciar una lamentación respecto a los príncipes de Israel.


No lloren al que murió ni estén apenados por él. Lloren, más bien, por el que se va, pues no volverá más ni jamás verá su país natal.


Esto es lo que ha decidido Yavé sobre Salum, hijo de Josías, rey de Judá, que sucedió en el trono a su padre, y que ha salido de aquí:


Nunca más volverá, sino que morirá en el lugar adonde lo llevaron prisionero, y jamás verá este país.


Ni el más ágil podrá escapar, ni el más valiente, salvarse, Al norte, a orillas del río Eufrates, tropezaron y cayeron.


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