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2 Reyes 20:3 - Biblia Católica (Latinoamericana)

3 ¡Oh Yavé, te lo suplico, acuérdate como he caminado delante de ti con sinceridad y con un corazón fiel! He hecho lo que es justo a tus ojos. Y Ezequías lloró y lloró mucho.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 «Acuérdate, oh Señor, que siempre te he sido fiel y te he servido con singular determinación, haciendo siempre lo que te agrada»; y el rey se echó a llorar amargamente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Te ruego, oh YHVH, te ruego que recuerdes que he andado delante de ti con verdad y con un corazón íntegro, y que he hecho lo bueno ante tus ojos. Y Ezequías lloraba amargamente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 '¡Oh Yahveh! Acuérdate de que yo he andado en tu presencia con fidelidad e integridad de corazón, haciendo lo que es recto a tus ojos'. Y Ezequías rompió en un gran llanto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con corazón perfecto, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro.

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2 Reyes 20:3
47 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

También ordené a los levitas que se purificaran y que custodiaran las puertas para que se respetara el día sábado. ¡Por todo eso acuérdate tambiém de mí, Dios mío. Ten piedad de mí según tu gran misericordia!


Acuérdate, Dios mío, de lo que hice entonces, no te olvides de las buenas obras que realicé por la casa de mi Dios y para mantener sus ritos.


Acuérdate de mi pues, Dios mío, no te olvides de lo que he hecho por este pueblo.


como asimismo reglas para la ofrenda de la leña a su debido tiempo y para los primeros frutos. ¡Acuérdate de mí, Dios mío, y bendíceme!


Ambos eran personas muy cumplidoras a los ojos de Dios y se esmeraban en practicar todos los mandamientos y leyes del Señor.


Que el corazón de ustedes sea totalmente de Yavé, nuestro Dios; caminen según sus leyes, observen sus mandamientos tal como lo hacemos hoy'.


Hay algo de lo que nos sentimos orgullosos: nuestra conciencia nos asegura que la santidad y la sinceridad de Dios han inspirado siempre nuestra conducta en este mundo, especialmente respecto a ustedes. No nos han movido razones humanas, sino la gracia de Dios.


Cuando Jesús vio venir a Natanael, dijo de él: 'Ahí viene un verdadero israelita: éste no sabría engañar.


Si juras por la vida de Yavé, con verdad, con derecho y con justicia, entonces tú serás para las naciones una bendición, y serás su gloria.


Entonces se acordaron de los tiempos pasados, de los días de Moisés: ¿Dónde está aquel que salvó de la mar al pastor de su rebaño y que puso dentro de ellos su Espíritu Santo,


Pío como la golondrina, gimo como la paloma; mis ojos han mirado hacia arriba: Señor, ten piedad de mí, responde tú por mí.


Cerca está el Señor de los que le invocan, de todos los que lo invocan de verdad.


Recuerda tu palabra a tu servidor, ella ha mantenido mi esperanza.


El pan que como es la ceniza, mezclo mi bebida con mis lágrimas,


Recuerda, Señor, las afrentas a tus siervos, (llevo en mi seno todos esos ultrajes)


Recuerda, Señor, lo que es nuestra existencia, y para qué nada hiciste a los humanos.


Dichoso el hombre aquel a quien Dios no le nota culpa alguna y en cuyo espíritu no se halla engaño.


No recuerdes las faltas ni los extravíos de mi juventud; pero acuérdate de mí según tu amor.


Extenuado estoy de tanto gemir, cada noche empapo mi cama y con mis lágrimas inundo mi lecho.


Yavé dijo a Satán: '¿No te has fijado en mi servidor Job? No hay nadie como él en la tierra. Es un hombre bueno y honrado, que teme a Dios y se aparta del mal.


Había en el país de Us un hombre llamado Job; era un varón perfecto que temía a Dios y se alejaba del mal.


Porque los ojos de Yavé recorren toda la tierra para fortalecer a los que le sirven de todo corazón. Pero has procedido neciamente en esta ocasión y por eso de aquí en adelante tendrás guerras.


Los Altos Lugares no desaparecieron; eso no impidió que Azá cumpliera fielmente sus deberes con Yavé toda su vida.


Cuando Salomón fue de edad, sus mujeres arrastraron su corazón tras otros dioses; ya no fue totalmente de Yavé Dios como lo había sido su padre David.


Salomón le respondió: 'Tú has mostrado una bondad muy grande para con tu servidor David, mi padre; es cierto que caminó en tu presencia en la fidelidad, la justicia y la sinceridad. Tú no has puesto fin a esa bondad hacia él, pues has querido que su hijo esté ahora sentado en su trono.


y Yavé mantendrá la palabra que me dijo: Si tus hijos vigilan su comportamiento, si caminan delante de mí sinceramente con todo su corazón y con toda su alma, tendrás siempre un descendiente en el trono de Israel.


Tenía Abram noventa y nueve años, cuando se le apareció Yavé y le dijo: 'Yo soy el Dios de las Alturas. Camina en mi presencia y sé perfecto.


Y Dios se acordó de Noé y de todas las fieras salvajes y de los otros animales que estaban con él en el arca. Dios hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas descendieron.


Enoc anduvo con Dios hasta que Dios se lo llevó: sencillamente desapareció.


Enoc anduvo con Dios y vivió después del nacimiento de Matusalén trescientos años y tuvo más hijos e hijas.


En los días de su vida mortal presentó ruegos y súplicas a aquel que podía salvarlo de la muerte; éste fue su sacrificio, con grandes clamores y lágrimas, y fue escuchado por su religiosa sumisión.


Si caminas delante de mí como caminó tu padre David, con sinceridad de corazón, con rectitud, si pones en práctica lo que te he mandado, si observas mis leyes y mis ordenanzas,


Entonces Ezequías dio vuelta la cara contra la pared e hizo a Yavé esta súplica:


Todavía no salía Isaías del patio central cuando le fue dirigida la palabra de Yavé:


Júzgame, Señor, y ve que seguí la senda de los perfectos. En el Señor me apoyaba y por eso no me desviaba.


Tu amor lo tengo ante mis ojos y tomo en cuenta tu fidelidad.


y dijo: '¡Yavé, Dios de Israel! Ningún dios arriba en los cielos, abajo en la tierra es semejante a ti, porque tú respetas tu Alianza y tu fidelidad para con tus servidores cuando caminan delante de ti con todo su corazón.


¿No te da confianza tu respeto al derecho? ¿No te sientes seguro por tu buena conducta?'


Mi clamor ante Dios habla por mí, mientras mis lágrimas corren ante él.


Mis ojos se consumen de tristeza, he envejecido al ver tantos enemigos.


Dame un descanso, que pueda respirar antes de que me vaya y ya no esté.


Te expuse mis proyectos y me respondiste: enséñame tus preceptos.


Así dice Yavé a la Casa de Israel: Búsquenme a mí y vivirán,


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