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2 Reyes 18:31 - Biblia Católica (Latinoamericana)

31 No hagan caso a Ezequías, sino más bien al rey de Asur que les dice: Hagan la paz conmigo, ríndanse, y cada uno de ustedes seguirá comiendo de su viña y de su higuera, y bebiendo el agua de su cisterna.

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Biblia Reina Valera 1960

31 No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y salid a mí, y coma cada uno de su vid y de su higuera, y beba cada uno las aguas de su pozo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 »”¡No escuchen a Ezequías! El rey de Asiria les ofrece estas condiciones: hagan las paces conmigo; abran las puertas y salgan. Entonces cada uno de ustedes podrá seguir comiendo de su propia vid y de su propia higuera, y bebiendo de su propio pozo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Haced la paz conmigo y salid a mí, y cada uno comerá de su vid y de su higuera, y cada uno beberá el agua de su pozo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 No escuchéis a Ezequías, pues así habla el rey de Asiria: haced la paz conmigo, rendíos a mí, y cada uno comerá de su viña y de su higuera y beberá agua de su pozo,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

31 No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Haced un acuerdo conmigo con presente, y salid a mí, y entonces cada uno coma de su vid y de su higuera, y cada uno beba las aguas de su cisterna;

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2 Reyes 18:31
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Durante todo el reinado de Salomón, Judá e Israel vivieron en paz, cada cual bajo su parra o bajo su higuera, desde Dan hasta Berseba.


Ese día, prosigue Yavé, se invitarán unos a otros a pasar un rato debajo de la parra o de la higuera.


Cada uno de esos gobernadores aseguraba durante todo un mes la mantención de Salomón y de todos los que comían de la mesa del rey. Velaban para que nada faltara y, según las órdenes que habían recibido,


Un regalo abre las puertas; es la manera de introducirse ante los grandes.


Acepta, pues, el regalo que te he traído, ya que Dios me ha favorecido, y tengo de todo. Jacob insistió tanto, que Esaú aceptó.


Jacob dio las mismas instrucciones al segundo, al tercero y a todos los demás que guiaban los rebaños. Y les dijo:


Que no les diga: 'Confíen en Yavé, pues seguramente Yavé nos librará y esta ciudad no caerá en manos del rey de Asur'.


El que cultiva a la higuera comerá de su fruto, el que cuida de su patrón recibirá un anticipo.


Los ricos mandaron a los pobres a buscar agua;'


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