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2 Pedro 2:9 - Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Pero el Señor sabe librar de la prueba a sus servidores y reserva a los malos para castigarlos el día del juicio.

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Biblia Reina Valera 1960

9 sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Como ven, el Señor sabe rescatar de las pruebas a todos los que viven en obediencia a Dios, al mismo tiempo que mantiene castigados a los perversos hasta el día del juicio final.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 sabe el Señor rescatar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos bajo castigo hasta el día del juicio;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 El Señor sabe librar de la prueba a los piadosos y reservar para el castigo hasta el día del juicio a los impíos,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio;

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2 Pedro 2:9
22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

De hecho, ustedes todavía no han sufrido más que pruebas muy ordinarias. Pero Dios es fiel y no permitirá que sean tentados por encima de sus fuerzas. En el momento de la tentación les dará fuerza para superarla.


Has guardado mis palabras, que ponen a prueba la constancia, pues yo te protegeré en la hora de la prueba que va a venir sobre el mundo entero y que probará a los habitantes de la tierra.


De igual manera serán perseguidos todos los que quieran servir a Dios en Cristo Jesús.


Del mismo modo ahora la palabra de Dios es la que conserva nuestro cielo y nuestra tierra, pero serán destruidos por el fuego el día del Juicio, cuando los impíos también sean destruidos.


Yavé hizo todo con un propósito, y al mismo malvado, para el día del castigo.


Seis veces te librará de la angustia, y a la séptima el mal no te alcanzará.


que se entregó por nosotros para rescatarnos de todo pecado y purificar a un pueblo que fuese suyo, dedicado a toda obra buena.


En efecto, Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los precipitó en el infierno y los encerró en cavernas tenebrosas, manteniéndolos allí hasta el día del juicio.


Si tu corazón se endurece y te niegas a cambiar, te estás preparando para ti mismo un gran castigo para el día del juicio, cuando Dios se presente como justo Juez.


Sepan que por mí maravillas hace el Señor, tan pronto como lo llamo, él me escucha.


Por eso el varón santo te suplica en la hora de la angustia. Aunque las grandes aguas se desbordasen, no lo podrán alcanzar.


Que de la desgracia el malo es preservado, y no lo alcanza el día de la cólera.


Interviene, Señor, porque ya no hay hombres buenos ni se encuentran ya hombres leales.


Pero el Señor no lo deja en sus manos ni permite que sus jueces lo condenen.


El malvado queda atrapado en sus propias artimañas, el justo se libra de cualquier problema.


y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno.


Yo les aseguro que esa ciudad, en el día del juicio, será tratada con mayor rigor que Sodoma y Gomorra.


Lo mismo hizo con los ángeles que no mantuvieron su dignidad y abandonaron su propia morada: Dios los encerró en cárceles eternas, en profundas tinieblas, hasta que llegue el gran día del Juicio.


Levántate pues muy temprano, tú y los que vinieron contigo, y regresen al lugar que les asigné. No lo tomes a mal, pues sabes que te estimo. Mañana temprano se levantarán rápidamente, y apenas aclare el día, se irán'.


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