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2 Pedro 1:12 - Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Por eso siempre trataré de recordarles estas cosas, aunque las sepan y se mantengan firmes en la verdad que poseen.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Por lo tanto, siempre les recordaré todas estas cosas, aun cuando ya las saben y están firmes en la verdad que se les enseñó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Por esto, siempre habré de recordaros estas cosas, aunque seáis sabedores y estéis afianzados en la verdad presente,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Por esto os traeré siempre a la memoria estas cosas, aunque ya las sabéis y estáis afianzados en la verdad que al presente poseéis.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis afirmados en la verdad presente.

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2 Pedro 1:12
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Les escribo, no porque no conozcan la verdad, sino porque la conocen y porque la mentira no puede salir de la verdad.


Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor.


Permanezcan arraigados en él y edificados sobre él; estén firmes en la fe, tal como fueron instruidos, y siempre dando gracias.


Quiero recordarles algo que ya saben, y es que el Señor, después de liberar a su pueblo del país de Egipto, intervino por segunda vez para entregar a la muerte a los que no creyeron.


a causa de esta misma verdad que permanece en nosotros y estará siempre con nosotros.


Me parece bueno refrescar su memoria mientras esté en la presente morada,


Pero ustedes, amadísimos, recuerden lo que los apóstoles de Cristo nuestro Señor les anunciaron.


Amadísimos, tenía un gran deseo de escribirles acerca de nuestra común salvación, y me sentí obligado a hacerlo para exhortarlos a luchar por la fe que Dios entregó de una vez para siempre a sus santos.


Así, pues, queridos, estando ya advertidos, tengan cuidado para que esa gente extraviada no arrastre a los que estaban firmes y los haga caer.


Esta es ya, queridos, la segunda carta que les escribo. En ambas he intentado recordarles la sana doctrina.


Por eso procuro hacer todo lo necesario para que, después de mi partida, recuerden constantemente estas cosas.


He recurrido a Silvano, nuestro hermano, para escribirles estas breves líneas, pues lo considero digno de toda confianza. Quise animarlos y recalcar que esto es gracia de Dios: estén firmes.


Dios, de quien procede toda gracia, los ha llamado en Cristo para que compartan su gloria eterna, y ahora deja que sufran por un tiempo con el fin de amoldarlos, afirmarlos, hacerlos fuertes y ponerlos en su lugar definitivo.


No se dejen engañar por las novedades y las doctrinas extrañas a la fe. La gracia de Dios es un buen medio para fortalecer la vida interior; no cuenten con otros alimentos de los que nadie sacó provecho.


Recuerden aquellos primeros tiempos, poco después de haber sido iluminados, en que tuvieron que soportar un duro y doloroso combate.


Por eso te invito a que reavives el don de Dios que recibiste por la imposición de mis manos.


Si explicas estas cosas a los hermanos, serás un buen servidor de Cristo Jesús, alimentado con las enseñanzas de la fe y de la sana doctrina que has seguido.


Estas Iglesias se iban fortaleciendo en la fe y reunían cada día más gente.


Pues están esperando la herencia que les está reservada en el cielo y que conocieron por la palabra de la verdad, el Evangelio.


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