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2 Crónicas 9:6 - Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Yo no daba crédito a lo que oía, hasta que he venido y lo he visto con mis propios ojos; y encuentro que no se me había contado ni la mitad de la grandeza de tu sabiduría, pues tú superas todo lo que oí decir.

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Biblia Reina Valera 1960

6 pero yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto; y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha; porque tú superas la fama que yo había oído.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Yo no creía lo que se dijo hasta que llegué aquí y lo vi con mis propios ojos. De hecho, ¡lo que había oído no refleja ni la mitad de tu sabiduría! Supera ampliamente lo que me habían dicho.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Yo no creía lo que se decía, hasta que yo misma he venido y lo he visto con mis propios ojos, y he aquí, no me había sido contada ni la mitad de la grandeza de tu sabiduría. ¡Tú excedes a la fama que yo había oído!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 No daba yo crédito a lo que se decía, hasta que he venido y lo he visto con mis propios ojos. En realidad, no me dijeron ni la mitad, porque tu gran sabiduría supera la fama que había llegado a mis oídos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Mas yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto; y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha; porque tú sobrepasas la fama que yo había oído.

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2 Crónicas 9:6
11 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¡Ya se verán fuertes, ya serán hermosos! El trigo dará vigor a los jóvenes y el vino dulce, a las muchachas.


Qué bondad tan grande, Señor, es la que reservas para los que te temen. Se la brindas a los que en ti esperan, a la vista de los hijos de los hombres.


y dijo al rey: 'Todo cuanto oí decir en mi tierra de tus palabras y de tu sabiduría era verdad.


No creía lo que se decía sin antes verlo con mis propios ojos, pero es un hecho que no me habían dicho ni la mitad. Tú superas en sabiduría y en gloria lo que tu fama me había transmitido.


Amados, a pesar de que ya somos hijos de Dios, no se ha manifestado todavía lo que seremos; pero sabemos que cuando él aparezca en su gloria, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como es.


Recuerden la Escritura: Ni ojo vio, ni oído oyó, ni por mente humana han pasado las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman.


¡Dichosa toda tu gente! ¡Dichosos estos servidores, que están siempre en tu presencia y escuchan las palabras de tu sabiduría!


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