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2 Crónicas 36:23 - Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Así habla Ciro, rey de Persia: Yavé, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. El me ha encargado que le edifique una Casa en Jerusalén, en Judá. ¡Quien de entre ustedes pertenezca a su pueblo, sea su Dios con él y suba!

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Biblia Reina Valera 1960

23 Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y él me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios con él, y suba.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 «Esto dice Ciro, rey de Persia: »“El Señor, Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra. Me encargó construirle un templo en Jerusalén, que está en Judá. Cualquiera que pertenezca a su pueblo puede regresar para realizar esta tarea, ¡y que el Señor su Dios esté con ustedes!”».

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Así dice Ciro rey de Persia: YHVH, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra, y Él me ha designado para que le construya una Casa en Jerusalem, que está en Judá. Quien de vosotros sea de su pueblo, que YHVH su Dios esté con él, y suba allá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 'Así habla Ciro, rey de Persia: Yahveh, el Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha encargado que le edifique un templo en Jerusalén de Judá. Quien de vosotros pertenezca a su pueblo, ¡que Yahveh, su Dios, sea con él, y suba!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

23 Así dice Ciro, rey de Persia: Jehová, el Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra; y Él me ha encargado que le edifique casa en Jerusalén, que es en Judá. ¿Quién hay de vosotros de todo su pueblo? Jehová su Dios sea con él, y suba.

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2 Crónicas 36:23
22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿Qué más podemos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?


Al contrario, te alzaste en contra del Señor de los cielos, dispusiste que te trajeran los vasos de su Templo y han tomado vino en ellos tú, tus altos funcionarios, tus mujeres y tus concubinas. Y han bebido a la salud de sus dioses de plata y de oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que nada ven, nada entienden y nada saben. Pero tú no has glorificado al Dios que tiene tu vida en su mano y a quien pertenece todo tu destino.


Tú eres el rey de reyes, el Dios del Cielo te dio la realeza, el poder, la fuerza y la gloria.


El es el dueño de los tiempos y de los momentos, destrona a los reyes igual como los entroniza, da la sabiduría a los sabios, la inteligencia a los que toman decisiones.


Oh rey, el Dios Altísimo dio a tu padre Nabucodonosor la realeza, el poder, la gloria y la majestad.


Esta es la orden que doy: todos los hombres, sacerdotes y levitas del pueblo de Israel, que viven en mi reino y que quieran volver a Jerusalén, pueden partir contigo.


El que quiera, pues, puede hacer una ofrenda a manos llenas a Yavé, oro para los objetos de oro, plata para los de plata y para todas las obras de los artesanos.


El oro, la plata, el bronce y el hierro son incalculables. Levántate, pues, manos a la obra, y que Yavé sea contigo.


En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra de Yavé dicha por boca de Jeremías, Yavé movió el espíritu de Ciro, rey de Persia, que mandó comunicar de palabra y por escrito en todo su reino:


El primer año de Ciro, rey de Persia, se cumplió la palabra de Yavé proclamada por Jeremías: Yavé despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia. Ciro mandó proclamar, tanto de viva voz como por escrito, en su reino, lo siguiente:


Den gracias al que es Dios de los cielos, porque su amor perdura para siempre.


¿Quién ha mandado desde el Oriente a aquel que se topa con la victoria a cada paso? ¿Quién le entrega las naciones y le somete los reyes? Su espada los convierte en polvo y las flechas de su arco los dispersan como paja.


Yo lo he llevado a la victoria y le he despejado el camino. El reconstruirá mi ciudad, traerá a su patria a mis desterrados, sin exigir rescate ni recompensa', dice Yavé de los Ejércitos.


Durante el reino de Darío y él de Ciro el Persa, Daniel fue cada vez más considerado.


Uno dirá: Yo soy de Yavé, otro llevará el nombre de Jacob, un tercero escribirá en su mano: 'De Yavé', y tendrá como apellido el nombre de Israel.


Ahora bien, acabo de entregar todos estos países a mi mayordomo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y le he entregado hasta las bestias del campo para que le sirvan.


Parsin: tu reino ha sido dividido y dado a los Medos y a los Persas'.


Retuércete de dolor y grita, hija de Sión, como mujer que da a luz, porque ahora saldrás de la ciudad para vivir en despoblado. Llegarás hasta Babilonia, pero allí serás liberada, pues Yavé te libertará del poder de tus enemigos.


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