2 Crónicas 36:17 - Biblia Católica (Latinoamericana)17 Entonces hizo subir contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a los mejores hasta dentro de su santuario, sin perdonar a joven ni a virgen, a viejo ni a canoso; a todos los entregó Dios en su mano. សូមមើលជំពូកកំណែច្រើនទៀតBiblia Reina Valera 196017 Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven ni doncella, anciano ni decrépito; todos los entregó en sus manos. សូមមើលជំពូកBiblia Nueva Traducción Viviente17 Entonces el Señor mandó al rey de Babilonia contra ellos. Los babilonios mataron a los hombres jóvenes de Judá, y los persiguieron incluso dentro del templo. No tuvieron compasión de la gente, y mataron tanto a los jóvenes como a las muchachas, a los ancianos y a los débiles. Dios los entregó a todos en manos de Nabucodonosor. សូមមើលជំពូកLa Biblia Textual 3a Edicion17 Entonces hizo subir contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la propia Casa de su Santuario, y no se compadeció del muchacho ni de la doncella, ni del anciano de cabeza cana; a todos los entregó en su mano. សូមមើលជំពូកBiblia Serafín de Ausejo 197517 En efecto, Dios mandó contra ellos al rey de los caldeos, quien mató a filo de espada a los mejores dentro del recinto del santuario, sin perdonar a jóvenes ni a doncellas, a ancianos ni a encanecidos. Dios los entregó a todos en sus manos. សូមមើលជំពូកBiblia Reina Valera Gómez (2023)17 Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven, ni doncella, ni viejo, ni decrépito; todos los entregó en sus manos. សូមមើលជំពូក |
Desde los tiempos de nuestros padres hasta ahora no hemos dejado de pecar delante de ti, y por culpa de nuestras faltas, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes fuimos entregados a los reyes de las naciones paganas, condenados a la espada, al cautiverio y al pillaje, y aún hoy llevamos la vergüenza en nuestro rostro.
Después de eso, dice Yavé, a Sedecías, rey de Judá, a sus sirvientes y a la gente de esta ciudad que haya escapado de la peste, de la espada y del hambre, los entregaré en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, en manos de sus enemigos que quieren quitarles la vida. Los matarán con la espada, sin tener con ustedes consideración, ni piedad, ni compasión.