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2 Corintios 3:14 - Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Con todo, los israelitas se volvieron ciegos. El mismo velo les oculta el sentido de la antigua Alianza hasta el día de hoy, y nadie les hace ver que con Cristo ya no tiene valor.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Pero la mente de ellos se endureció y, hasta el día de hoy, cada vez que se lee el antiguo pacto, el mismo velo les cubre la mente para que no puedan entender la verdad. Este velo puede quitarse solamente al creer en Cristo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Pero el entendimiento de ellos fue embotado, porque hasta el día de hoy, sobre la lectura del antiguo pacto, permanece el mismo velo no descorrido, que por el Mesías es quitado;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Pero se les embotó la inteligencia. Porque hasta el día de hoy, en la lectura del Antiguo Testamento, sigue sin descorrerse el mismo velo, porque éste sólo en Cristo queda destruido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Pero sus mentes fueron cegadas; porque hasta el día de hoy cuando leen el antiguo testamento, permanece sin ser quitado el mismo velo, el cual Cristo abolió.

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2 Corintios 3:14
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Tú les abrirás los ojos para que se conviertan de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios: creyendo en mí se les perdonarán los pecados y compartirán la herencia de los santos.


Quiero, hermanos, que entiendan este misterio y no se sientan superiores. Una parte de Israel va a quedarse endurecida hasta que el conjunto de las naciones haya entrado;'


El mismo Dios que dijo: Brille la luz en medio de las tinieblas, es el que se hizo luz en nuestros corazones, para que se irradie la gloria de Dios tal como brilla en el rostro de Cristo.


Una de ellas se llamaba Lidia, y era de las que temen a Dios. Era vendedora de púrpura y natural de la ciudad de Tiatira. Mientras nos escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que aceptase las palabras de Pablo.


Después de la lectura de la Ley y los Profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a decir: 'Hermanos, si ustedes tienen alguna palabra de aliento para los presentes, hablen.


Yo he venido al mundo como luz, para que todo el que crea en mí no permanezca en tinieblas.


Cegó sus ojos y endureció su corazón para que no vieran, ni comprendieran, ni se volvieran a mí: de hacerlo, yo los habría sanado.


Jesús les habló de nuevo diciendo: 'Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá luz y vida.


Jesús le replicó: 'Feliz eres, Simón Barjona, porque esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos.


Jesús les respondió: 'A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos, no.


Y si la luz que hay en ti ha llegado a ser obscuridad, ¡cómo será de tenebrosa tu parte más obscura!


Hijo de hombre, tú vives en medio de rebeldes, que tienen ojos para ver pero no ven, oídos para oír y no oyen. Realmente son una banda de rebeldes.


Oye pueblo estúpido y tonto, que tienes ojos y no ves, orejas y no oyes.


No saben ni entienden. Sus ojos están tapados y no ven; su inteligencia no se da a la razón.


Palpamos las paredes como ciegos y caminamos con miedo, como los que no ven. Tropezamos al mediodía como si fuera de noche, y en la fuerza de la edad, ya somos como muertos.


¡Esos cuidadores están todos ciegos, no saben nada! Son todos como perros mudos, que no pueden ladrar. Tendidos en sus lechos, no hacen más que dormir y soñar.


¡Puedes ir! Se pondrá más pesado el corazón de este pueblo, se volverán sordos sus oídos y se les pegarán sus ojos. ¿Acaso se atreverían a ver con sus ojos, y a oír sus oídos, para que comprenda su corazón, y se conviertan y recuperen la salud.


Que pierdan la vista y queden a ciegas, que siempre caminen encorvados.


Incluso nos ha hecho encargados de una nueva alianza, que ya no es cosa de escritos, sino del Espíritu. Porque lo escrito da muerte, mientras que el Espíritu da vida.


En este cerro quitará el velo de luto que cubría a todos los pueblos y la mortaja que envolvía a todas las naciones.


Porque desde tiempos antiguos leen a Moisés en las sinagogas todos los sábados, y tiene predicadores en cada ciudad.


Por más que lean a Moisés, el velo cubre su entendimiento hasta hoy,


Su inteligencia está en tinieblas; la ignorancia en que se quedan, así como su conciencia ciega, los mantienen muy lejos de la vida de Dios.


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