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1 Tesalonicenses 5:18 - Biblia Católica (Latinoamericana)

18 y den gracias a Dios en toda ocasión; ésta es, por voluntad de Dios, su vocación de cristianos.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Jesús el Mesías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Dad gracias en toda ocasión; pues esto es lo que Dios desea de vosotros en Cristo Jesús.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Dad gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

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1 Tesalonicenses 5:18
11 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Den gracias a Dios Padre en nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor, siempre y por todas las cosas.


antes bien, en toda ocasión presenten sus peticiones a Dios y junten la acción de gracias a la súplica.


y todo lo que puedan decir o hacer, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.


Ofrezcamos a Dios en todo tiempo, por medio de Jesús, el sacrificio de alabanza, que consiste en celebrar su Nombre.


Por ello, entreguen lo que les queda de esta vida, no ya a las pasiones humanas, sino a la voluntad de Dios.


empezó a decir: 'Desnudo salí del seno de mi madre, desnudo allá volveré. Yavé me lo dio, Yavé me lo ha quitado, ¡que su nombre sea bendito!'


Bendeciré al Señor en todo tiempo, no cesará mi boca de alabarlo.


La voluntad de Dios respecto de ustedes es que, obrando el bien, acallen la ignorancia de los imbéciles.


Pasa el mundo con todas sus codicias, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.


la voluntad de Dios es que se hagan santos y que rehúyan la libertad sexual.


Cuando Daniel supo que había sido firmado ese decreto, entró en su casa; su pieza estaba en el segundo piso y las ventanas daban a Jerusalén. Tres veces al día Daniel se ponía de rodillas, oraba y alababa a Dios como lo había hecho siempre.


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