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1 Tesalonicenses 2:19 - Biblia Católica (Latinoamericana)

19 En efecto, ¿quién sino ustedes es nuestra esperanza, nuestra alegría y la corona de la que nos sentiremos orgullosos ante Jesús, nuestro Señor, cuando venga?

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Biblia Reina Valera 1960

19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Después de todo, ¿qué es lo que nos da esperanza y alegría?, ¿y cuál será nuestra orgullosa recompensa y corona al estar delante del Señor Jesús cuando él regrese? ¡Son ustedes!

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o regocijo, o corona en que nos gloriamos? ¿No lo sois vosotros mismos delante de nuestro Señor Jesús° al tiempo de su advenimiento?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Porque, ¿cuál es nuestra esperanza o alegría o corona de gloria de que sentirnos orgullosos ante nuestro Señor Jesús en su parusía, sino vosotros mismos? Sí, vosotros sois nuestra gloria y nuestra alegría.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de gloria? ¿No lo sois, pues, vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo en su venida?

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1 Tesalonicenses 2:19
35 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por eso, hermanos míos, a quienes tanto quiero y echo de menos, que son mi alegría y mi corona, sigan así firmes en el Señor, amadísimos.


Que él los fortalezca interiormente para que sean santos e irreprochables delante de Dios, nuestro Padre, el día que venga Jesús, nuestro Señor, con todos sus santos.


al presentarles la palabra de vida. De ese modo me sentiré orgulloso de ustedes en el día de Cristo, porque mis esfuerzos y mis afanes no habrán sido inútiles.


Que el Dios de la paz los haga santos en toda su persona. Que se digne guardarlos sin reproche en su espíritu, su alma y su cuerpo hasta la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor.


Seguramente empiezan a comprender que deben sentirse orgullosos de nosotros, como también nosotros nos sentiremos orgullosos de ustedes en el día del Señor Jesús.


Pero se respeta el lugar de cada uno: Cristo es primero, y más tarde le tocará a los suyos, cuando Cristo nos visite.


Sepan que el Hijo del Hombre vendrá con la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno según su conducta.


Y ahora, hijitos, permanezcan en él; haciéndolo, tendremos plena confianza cuando aparezca en su gloria, en vez de sentir vergüenza ante él cuando nos venga a pedir cuentas.


Voy a llegar pronto, y llevo conmigo el salario para dar a cada uno conforme a su trabajo.


Miren, viene entre nubes; lo verán todos, incluso los que lo hirieron, y llorarán por su muerte todas las naciones de la tierra. Sí, así será.


Ahora nos queda aguardar la feliz esperanza, la manifestación gloriosa de nuestro magnífico Dios y Salvador, Cristo Jesús,


Les damos esto como palabra del Señor: nosotros, los que ahora vivimos, si todavía estamos con vida cuando venga el Señor, no tendremos ventaja sobre los que ya han muerto.


Al Dios único, que puede preservarlos de todo pecado y presentarlos alegres y sin mancha ante su propia Gloria;'


Así, cuando aparezca el Jefe de los Pastores, recibirán en la Gloria una corona que no se marchita.


y que a ustedes, los perseguidos, les dé el descanso con nosotros el día en que el Señor Jesús se manifieste glorioso y venga del cielo rodeado de su corte de ángeles.


Por lo tanto, no juzguen antes de tiempo; esperen que venga el Señor. El sacará a la luz lo que ocultaban las tinieblas y pondrá en evidencia las intenciones secretas. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que se merece.


Y serás una corona preciosa en manos de Yavé, un anillo real en el dedo de tu Dios.


Los nietos son la corona de los ancianos, así como los padres son el orgullo de sus hijos.


Una mujer valiente es el orgullo de su marido; la que no sabe tener vergüenza es un cáncer en los huesos.


Ustedes son nuestra gloria y nuestra alegría.


El que manda con justicia es apreciado por el rey; él ama a los hombres rectos.


Pondrá en tu cabeza una magnífica diadema, te regalará una corona de gloria'.


Yo les aseguro: si alguno se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga con la Gloria de su Padre rodeado de sus santos ángeles.


Jesús le contestó: 'Si yo quiero que permanezca hasta mi vuelta, ¿a ti qué te importa? Tú sígueme.


Nosotros mismos hablamos de ustedes con orgullo en las Iglesias de Dios, porque se mantienen firmes y guardan su fe en medio de todas las persecuciones y pruebas que deben soportar.


Pero hablemos, hermanos, de esa venida de Cristo Jesús, nuestro Señor, y de nuestra reunión con él. Les rogamos


Tengan paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Miren cómo el sembrador cosecha los preciosos productos de la tierra, que ha aguardado desde las primeras lluvias hasta las tardías.


Sean también ustedes pacientes y no se desanimen, porque la venida del Señor está cerca.


En efecto, no hemos sacado de fábulas o de teorías inventadas lo que les hemos enseñado sobre el poder y la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor. Con nuestros propios ojos hemos contemplado su majestad


¿En qué quedó la promesa de su venida? Desde que murieron nuestros padres en la fe todo sigue igual que al comienzo del mundo.


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