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1 Reyes 22:35 - Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Pero como el combate era tan intenso, hubo que mantener al rey de pie en su carro frente a los amorreos, y a la tarde murió. La sangre de su herida se había derramado dentro del carro.

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Biblia Reina Valera 1960

35 Pero la batalla había arreciado aquel día, y el rey estuvo en su carro delante de los sirios, y a la tarde murió; y la sangre de la herida corría por el fondo del carro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 La encarnizada batalla se prolongó todo ese día, y el rey permaneció erguido en su carro frente a los arameos. La sangre de su herida corría hasta llegar al piso del carro, y al atardecer, murió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Pero la batalla arreció aquel día, por lo cual el rey fue sostenido en su carro frente a los sirios, y al atardecer murió, y la sangre de la herida corrió hasta el fondo del carro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Arreció el combate aquel día y el rey se mantuvo erguido en el carro frente a los arameos, hasta que murió al atardecer. La sangre de la herida corría hasta el fondo del carro.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

35 Mas la batalla había arreciado aquel día, y el rey estuvo en su carro delante de los sirios, y a la tarde murió; y la sangre de la herida corrió hasta el fondo del carro.

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1 Reyes 22:35
6 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Miqueas le replicó: 'Si tú vuelves victorioso, eso será señal de que Yavé no habló por medio de mí'.


Entonces dijo al rey: 'Escucha esta palabra de Yavé: Como dejaste que escapara el hombre que yo había condenado al anatema, tu vida pagará por la suya, y tu pueblo por su pueblo'.


En ese preciso instante, un soldado disparó con su arco sin saber a quién e hirió al rey de Israel entre las correas y la coraza. El rey dijo al conductor de su carro: 'Da media vuelta y sácame de la pelea, porque estoy herido'.


Al ponerse el sol, corrió la voz por el campamento: '¡Cada cual a su ciudad, cada cual vuelva a su tierra. El rey ha muerto!'


Al ver los israelitas que había muerto Abimelec, se volvieron cada cual a su casa.


Jehú tendió su arco y disparó una flecha a Yoram, la que penetró por la espalda y le atravesó el corazón; el rey se desplomó en su carro.


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