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1 Reyes 18:4 - Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Cuando Jezabel masacró a los profetas de Yavé, Obadías había tomado a cien de ellos y los había escondido de a cincuenta en cavernas, a donde les llevaba pan y agua.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Porque cuando Jezabel destruía a los profetas de Jehová, Abdías tomó a cien profetas y los escondió de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los sustentó con pan y agua.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Cierta vez, cuando Jezabel intentaba matar a todos los profetas del Señor, Abdías escondió a cien de ellos en dos cuevas; metió a cincuenta profetas en cada cueva y les dio comida y agua).

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 porque cuando Jezabel exterminaba a los profetas de YHVH, Abdías tomó a cien profetas y los ocultó de cincuenta en cincuenta en la cueva, y los sustentó con pan y agua.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 pues cuando Jezabel intentó exterminar a los profetas de Yahveh, Abdías recogió a cien profetas, los escondió en unas cavernas en dos grupos de cincuenta y les proveyó de pan y de agua.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Porque cuando Jezabel destruía a los profetas de Jehová, Abdías tomó cien profetas, los cuales escondió de cincuenta en cincuenta en una cueva, y los sustentó con pan y agua.

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1 Reyes 18:4
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿No le contaron a mi señor lo que hice mientras Jezabel masacraba a los profetas de Yavé? Escondí a cien profetas de Yavé de a cincuenta en algunas cavernas y les proporcioné pan y agua.


Esos hombres, de los cuales no era digno el mundo, tenían que vagar por los desiertos y las montañas y refugiarse en cuevas y escondites.


El Rey responderá: 'En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí.


Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa.


Pero los labradores tomaron a los enviados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.


Pero, se rebelaron y se alzaron contra ti, y se echaron tu Ley a la espalda. Mataron a los profetas que los invitaban a volverse hacia ti y cometieron grandes crímenes.


El otro respondió: 'No puedo volverme contigo ni entrar en tu casa. No comeré pan ni beberé agua contigo en ese lugar,


Ajab dijo a Obadías: 'Recorre el país, inspecciona todos los manantiales y todos los torrentes. A lo mejor encontramos hierba para mantener con vida a los caballos y a las mulas en vez de sacrificarlos'.


Eliseo mientras tanto estaba sentado en su casa junto con los ancianos que estaban a su alrededor. El rey mandó a uno de sus hombres, pero antes que llegara el emisario, Eliseo había dicho a los ancianos: '¿Saben que ese asesino mandó a alguien para que me corte la cabeza? ¡Pongan atención! Cuando llegue el emisario, cierren la puerta y denle con ésta en las narices. Seguramente se oirán los pasos de su amo detrás de los suyos'.


Tú castigarás a la casa de tu señor Ajab. Haré pagar a Jezabel la sangre de mis servidores los profetas y la sangre de todos los servidores de Yavé.


Llamen a consejo, tomen una decisión, extiende tu sombra como la noche contra el ardor del sol; esconde a los perseguidos, no entregues al que huye.


En cuanto a Jeremías, gozaba del favor de Ajigam, hijo de Safán; por eso, no cayó en manos del pueblo que quería matarlo.


Los ministros dijeron a Baruc: 'Escóndanse, tú y Jeremías, sin que nadie sepa dónde están.


Cuando iba a buscarla, la llamó y le dijo: ¿Podrías traerme también un trozo de pan?'


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