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1 Juan 5:11 - Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Pues bien, éste es el testimonio: que Dios nos ha dado la vida eterna, y que dicha vida está en su Hijo.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Y este es el testimonio que Dios ha dado: él nos dio vida eterna, y esa vida está en su Hijo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y éste es el testimonio: que Dios nos dio vida eterna, y esta vida está en su Hijo.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Y este es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.

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1 Juan 5:11
37 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El pecado paga un salario, y es la muerte. La vida eterna, en cambio, es el don de Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor.


Esta es la promesa que él mismo prometió, y que es la vida eterna.


El que cree en el Hijo vive de vida eterna, pero el que se niega a creer en el Hijo se queda con el Dios que condena: nunca conocerá la vida.


Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al que es Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo; ahí tienen el Dios verdadero y la Vida eterna.


Miren cómo se manifestó el amor de Dios entre nosotros: Dios envió a su Hijo único a este mundo para que tengamos vida por medio de él.


tenía vida en ella, y para los hombres la vida era luz.


Quien cree en el Hijo de Dios está guardando en sí la declaración de Dios. Quien no cree, hace a Dios mentiroso, ya que no cree al testimonio de Dios en favor de su Hijo.


El que lo vio da testimonio. Su testimonio es verdadero, y Aquél sabe que dice la verdad. Y da este testimonio para que también ustedes crean.


y yo les doy vida eterna. Nunca perecerán y nadie las arrebatará jamás de mi mano.


Pedro le contestó: 'Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna.


Así como el Padre tiene vida en sí mismo, también ha dado al Hijo tener vida en sí mismo.


y manténganse en el amor de Dios, aguardando la misericordia de Jesucristo nuestro Señor, que los llevará a la vida eterna.


Tres son, pues, los que dan testimonio:


Esperamos la vida eterna que nos había prometido desde siempre el Dios que no miente jamás.


Por esa razón fui perdonado, para que en mí se manifestara en primer lugar toda la generosidad de Cristo Jesús, y fuera así un ejemplo para todos los que han de creer en él y llegar a la vida eterna.


Jesús contestó: 'Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.


En cuanto a Demetrio, todos habalan bien de él, hasta la misma verdad. También nosostros lo alabamos, y tú sabes que cuando recomendamos a alguien lo hacemos según la verdad.


Yo sé que su mandato es vida eterna, y yo entrego mi mensaje tal como me lo mandó el Padre.


Sí, ésta es la decisión de mi Padre: toda persona que al contemplar al Hijo crea en él, tendrá vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.


Después el ángel me mostró el río de agua de la vida, transparente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero.


el cual afirma que todo lo que ha visto es palabra de Dios y testimonio solemne de Jesucristo.


En verdad les digo: El que cree tiene vida eterna.


Como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, también el Hijo da la vida a los que quiere.


El segador ya recibe su paga y junta el grano para la vida eterna, y con esto el sembrador también participa en la alegría del segador.


Y éstos irán a un suplicio eterno, y los buenos a la vida eterna.


Y del mismo modo que el pecado estableció su reinado de muerte, así también debía reinar la gracia y, después de restablecernos en la amistad con Dios, nos llevará a la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.


Este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén para preguntarle: '¿Quién eres tú?'


Para eso tenía que pasar por el país de Samaría,


En esto está el amor: no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados.


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