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1 Corintios 3:6 - Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Yo planté, Apolo regó, pero el que hizo crecer fue Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Yo planté la semilla en sus corazones, y Apolos la regó, pero fue Dios quien la hizo crecer.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Yo planté,° Apolos regó,° pero el crecimiento lo da Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Yo planté, Apolo regó; pero el crecimiento lo produjo Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.

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1 Corintios 3:6
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El que es generoso será saciado, el que riega será regado.


Por gracia de Dios ustedes están en Cristo Jesús. El ha pasado a ser sabiduría nuestra venida de Dios, y nuestro mérito y santidad, y el precio de nuestra libertad.


¿No soy yo acaso libre? ¿No soy yo un apóstol, y un apóstol, que ha visto a Jesús, nuestro Señor, y no son ustedes mi obra en el Señor?


Pues así como brotan de la tierra las semillas o como aparecen las plantitas en el jardín, así el Señor Yavé hará brotar la justicia y la alabanza a la vista de todas las naciones.


Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo llegó a Efeso atravesando las regiones altas; encontró allí a algunos discípulos'


Cuando oyeron esto se tranquilizaron y alabaron a Dios diciendo: 'También a los que no son judíos les ha dado Dios la conversión que lleva a la vida.


El Evangelio que les llevamos no se quedó sólo en palabras, sino que hubo milagros y Espíritu Santo, dejándoles plena convicción. Y tampoco han olvidado cómo nos portamos entre ustedes y en atención a ustedes.


Pero no me atrevería a hablar de otra cosa fuera de lo que Cristo ha hecho valiéndose de mí para que los paganos reciban la fe: mis palabras y mis obras,


Pablo los saludó y fue contando detalladamente todas las cosas que Dios había realizado entre los paganos por su ministerio.


Un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, había llegado a Efeso. Era un orador elocuente y muy entendido en las Escrituras.


Una de ellas se llamaba Lidia, y era de las que temen a Dios. Era vendedora de púrpura y natural de la ciudad de Tiatira. Mientras nos escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que aceptase las palabras de Pablo.


Si el Señor no construye la casa en vano trabajan los albañiles; si el Señor no protege la ciudad, en vano vigila el centinela.


Una vez Dios habló, dos cosas yo entendí: Que de Dios es la fuerza,


El vulgo no es más que una pelusa, y de los de arriba no se puede fiar. Si en la balanza se pusieran todos, ni un soplo pesarían


A su llegada reunieron a la Iglesia y les contaron todo lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto las puertas de la fe a los pueblos paganos.


Yo soy de Apolo, o 'Yo soy de Cefas', o 'Yo soy de Cristo'.


De modo que el que planta no es algo, ni tampoco el que riega, sino Dios que hace crecer.


Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente y lo futuro, todo es de ustedes.


Que Cristo habite en sus corazones por la fe, que estén arraigados en el amor y en él puedan edificarse.


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