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1 Corintios 15:45 - Biblia Católica (Latinoamericana)

45 Está escrito que el primer Adán era hombre dotado de aliento y vida; el último Adán, en cambio, será espíritu que da vida.

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Biblia Reina Valera 1960

45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

45 Las Escrituras nos dicen: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente», pero el último Adán —es decir, Cristo— es un Espíritu que da vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

45 Así también está escrito: El primer hombre, Adam, fue hecho un ser viviente;° el postrer Adam, un espíritu vivificante.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

45 Así está escrito: El primer hombre, Adán, fue ser viviente; el último Adán, espíritu vivificante.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

45 Y así está escrito: El primer hombre Adán fue hecho un alma viviente; el postrer Adán, un espíritu vivificante.

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1 Corintios 15:45
35 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, también el Hijo da la vida a los que quiere.


Entonces Yavé Dios formó al hombre con polvo de la tierra; luego sopló en sus narices un aliento de vida, y existió el hombre con aliento y vida.


En Cristo Jesús la ley del Espíritu de vida te ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.


El espíritu es el que da vida, la carne no sirve para nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida.


Jesús contestó: 'Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.


Como el Padre, que es vida, me envió y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí.


El pan que Dios da es Aquel que baja del cielo y que da vida al mundo.


El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el último día.


El Espíritu y la Esposa dicen: '¡Ven!' Que el que escucha diga también: '¡Ven!' El que tenga sed, que se acerque; y el que lo desee, reciba gratuitamente el agua de la vida.


Después el ángel me mostró el río de agua de la vida, transparente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero.


Y añadió: 'Ya está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed yo le daré de beber gratuitamente del manantial del agua de la vida.


Cuando se manifieste el que es nuestra vida, también ustedes se verán con él en la gloria.


Pues él cambiará nuestro cuerpo miserable usando esa fuerza con la que puede someter a sí el universo, y lo hará semejante a su propio cuerpo, del que irradia su gloria.


Y del mismo modo que el pecado estableció su reinado de muerte, así también debía reinar la gracia y, después de restablecernos en la amistad con Dios, nos llevará a la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.


Y si bien reinó la muerte por culpa de uno y debido a uno solo, con mucha mayor razón la vida reinará gracias a uno solo, Jesucristo, en todos aquellos que aprovechan el derroche de la gracia y el don de la verdadera rectitud.


Mataron al Señor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello.


Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes me verán, porque yo vivo y ustedes también vivirán.


y yo les doy vida eterna. Nunca perecerán y nadie las arrebatará jamás de mi mano.


El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud.


Pedro le contestó: 'Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna.


pero el que beba del agua que yo le daré nunca volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en un chorro que salta hasta la vida eterna.


Jesús le dijo: 'Si conocieras el don de Dios, si supieras quién es el que te pide de beber, tú misma le pedirías agua viva y él te la daría.


tenía vida en ella, y para los hombres la vida era luz.


El segundo ángel vació su copa sobre el mar, y hubo sangre como de desangrado, y todo lo que vive en el mar pereció.


La vida animal es la que aparece primero, y no la vida espiritual; lo espiritual viene después.


pero con toda seguridad la sangre de Cristo, que se ofreció a Dios por el Espíritu eterno como víctima sin mancha, purificará nuestra conciencia de las obras de muerte, para que sirvamos al Dios vivo.


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