Salmos 59 - Biblia Serafín de Ausejo 19751 Del director. 'No destruyas'. De David. Miktam. Cuando Saúl dio orden de vigilar la casa para darle muerte. 2 Defiéndeme, mi Dios, de mi enemigo, protégeme de los que se yerguen contra mí; 3 libérame del autor de maleficios, del hombre sanguinario ponme en salvo. 4 Observa cómo me tienden emboscadas y, poderosos, conspiran contra mí, sin delito, Señor, ni pecado de mi parte, 5 sin culpa en mí, se agitan y se aprestan: despierta, ven y ve. 6 Tú, Señor de los ejércitos y Dios de Israel, despierta y visita a las naciones, no tengas compasión de los traidores. Selah 7 Regresan por la tarde, ladrando como perros, corriendo la ciudad. 8 Mira: van blasonando -espadas en sus labios-: ¿hay quien pueda oír? 9 Pero tú, oh Señor, te burlas de ellos y tomas a irrisión todas las gentes. 10 A ti, mi fortaleza, van mis ojos: pues Dios es mi refugio, 11 mi Dios viene a mi encuentro con su gracia, él me dará a ver de mis opresores la derrota. 12 Hazlos, oh Dios, morir, y que mi pueblo no lo olvide, en tu poder dispérsalos, derríbalos, Señor, nuestra defensa. 13 Las palabras de sus labios son siempre pecado, son presa del orgullo, y perjurio y traición es lo que hablan. 14 Consúmelos, consúmelos en ira y que perezcan, que se sepa que Dios es quien domina desde Jacob hasta los extremos de la tierra. Selah 15 Regresan por la tarde, ladrando como perros, corriendo la ciudad. 16 Van vagando por comida y, al no saciarse, rondan en la noche. 17 Por mi parte, yo he de cantar tu fortaleza y celebrar tus favores a la aurora por haberte tú mostrado mi refugio y mi cobijo, el día de la angustia. |
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