Salmos 49 - Biblia Serafín de Ausejo 19751 Del director. De los hijos de Coré. Salmo. 2 Oíd esto, pueblos todos, escuchad, habitantes de la tierra, 3 lo mismo hijos de humildes que de grandes, igual los ricos que los pobres. 4 Mi boca va a decir sentencias sabias, mi reflexión es sobre cosas hondas: 5 voy a centrar mi atención en un proverbio y exponer al son del arpa mi sentencia. 6 ¿Qué tendré que temer el día de infortunio al cercarme de mal el insidioso? 7 Los que confían en sus bienes y se precian de la abundancia de riquezas, 8 ni uno de ellos es capaz de salvar a su hermano ni de pagar a Dios rescate por sí mismo. 9 Es tan elevado el precio de sus vidas, que nunca tendrán lo suficiente 10 para vivir por siempre sin ver la fosa. 11 Se ve morir al sabio, lo mismo que al necio y al estulto, dejando su fortuna para otros. 12 El sepulcro será su casa por los siglos, su morada por las generaciones: ¡los que habían llamado las tierras por sus nombres! 13 El humano no dura en su opulencia, es comparable a las bestias que perecen. 14 Tales son los caminos de los necios y, después de ellos, del que se complace en sus sentencias. Selah 15 Como un hato de ovejas se encauzan al seol, su pastor es la muerte: allá bajan, directos, a la fosa. El seol será la roca donde pasen sus días alejados de sus altas residencias. 16 Mas Dios rescatará mi vida del poder del seol: él ha de recogerme. Selah 17 No te inquietes si un hombre se enriquece y acrecienta la hacienda de su casa, 18 pues nada llevará cuando se muera ni su hacienda irá tras él. 19 Aunque en vida lo adulen: 'Celebrado serás, pues has hecho fortuna', 20 irá a unirse con sus padres que jamás verán la luz. |
Copyright © Serafín de Ausejo 1975.