Salmos 17 - Biblia Serafín de Ausejo 19751 Oración. De David. Oye, Señor, la causa justa, atiende a mi clamor, escucha mi oración, de labios no embusteros. 2 Mi causa saldrá bien en tu presencia, pues tus ojos perciben rectamente. 3 Si exploras mi interior, si me visitas en la noche, o si quieres probarme en el crisol, nada habrás de encontrar: la iniquidad no pasa por mi boca. 4 Ante el obrar del hombre, por la palabra de tus labios, me guardo yo de los caminos violentos. 5 Al mantener mis pasos en tus huellas, no llegarán mis pies a vacilar. 6 Yo te invoco para que tú, Dios, me respondas: inclina a mí tu oído, escucha mi palabra. 7 Magnifica tus gracias, tú que sabes librar del sedicioso a los que se acogen a tu diestra. 8 Guárdame como la pupila de los ojos, escóndeme a la sombra de tus alas, 9 de los impíos que me acosan, del enemigo que me cerca. 10 Ellos tienen cerradas las entrañas y hablan arrogantemente con su boca. 11 Avanzan hacia mí y me están ya cercando, acechan con sus ojos, para echarme por tierra. 12 Se parecen al león ansioso de la presa y al cachorro que acecha en la guarida. 13 Levántate, Señor, sal al paso y doblégalos. Sálvame del impío con tu espada; 14 con tu mano, Señor, de los mortales: de los muertos del mundo, con su parte en la vida, cuyo vientre se llena en tus reservas: ahítanse los hijos, y dejan lo restante a sus pequeños. 15 Por mi parte, en rectitud, podré ver tu presencia y, al despertar, saciarme con tu vista. |
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